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Crecer con la Memoria

UN NIÑO ADMIRABLE

UN NIÑO ADMIRABLE
Por Lourdes Rey Veitia

“La ilusión es como un ave. Cuanto más quieras atraparla se te va en pleno vuelo. Pero siempre está rondándole a los optimistas. No le da la espalda, los apoya y convierte en triunfadores, a pesar de las dificultades”. Así hablan Elio y Viviam, un matrimonio que creyó que ese sentimiento los abandonó aquel día que nació Pablito.
La inesperada noticia de que su bebé había sufrido, en el momento del parto, trastornos que lo llevaron a un sufrimiento fetal que le provocó una parálisis cerebral, los conmovió tan hondo que confiesan, que en ese instante nada les daba consuelo.
Una parálisis cerebral es un daño estático y permanente en el órgano que rige las funciones vitales del organismo . Ella produce serias limitaciones en el desarrollo sicomotor e intelectual posterior del individuo y en este niño la afectación fue severa .
“Todo cambiaba para mí , y pensé que no tendría fuerzas para enfrentarlo“, recuerda ella. “ La vida nos ponía un inmenso obstáculo, había que vencerlo” , dice él, mientras juega con Pablito en la computadora, algo que creyó nunca haría su hijo.
“Hoy mi realidad es otra, afirma Viviam, Es un niño especial y un éxito de la Revolución. Es de esos milagros que solo se dan en Cuba y de esas verdades que únicamente se generan en una sociedad como la nuestra”.
La constancia y paciencia de la familia , la voluntad del niño y las posibilidades que el Estado cubano ha puesto a su disposición para lograr su rehabilitación lo han hecho un ser humano excepcional.
Casi sin posibilidades motoras Pablito se ha enfrentado a la vida. Su rehabilitación, totalmente gratuita desde su mismo nacimiento, puede llegar a ascender ya sumas millonarias . Se iniciaron en el Hospital Julio Trigo de Ciudad de la Habana , luego en la sala creada en el Circulo Infantil “Alegre Despertar”, de Santa Clara y desde hace varios meses a la nueva abierta en el policlínico Chiqui Gómez de la propia ciudad.
Nueve años después Pablo Rafael Vigó Rodríguez es un niño admirable y alegre que se sabe diferente, pero no excluido.
Puede vérsele acompañado de los amigos del barrio, de sus abuelos. Lee, suma, resta , manipula el maus de la computadora, juega en ella , oye música, toma helados, disfruta de los campeonatos de pelota, tiene amigos, entre ellos a Paret , Borrero, y además una maestra y un aula especial

EL AULA DE PABLITO
Donde más le gusta estar a Pablito es en su aula. Ella es un lugar iluminado de su propia casa, ubicada en el cuarto piso de uno de los edificios del Reparto Vigía Sur, de Santa Clara.
Una bandera , un escudo, el abecedario, una pizarra , la foto de Paquito González, mártir que lleva el nombre de la escuela a la que pertenece Pablo, junto a las de Martí, Camilo , el Che y por supuesto Fidel ambientan el recinto.
Pablo a pesar de su aparente ingenuidad sabe que no son simples adornos “son símbolos”,dice balbuceando las sílabas que va reconociendo en un componedor .Los sabe muy suyos, por eso repite esta palabra como quien recuerda que ella significa para él agradecimiento.
El rostro de este niño se vuelve una sonrisa cada mañana cuando llega Mabel, su maestra que reconoce cómo avanza y el interés que tiene por aprender a leer y escribir . “Es un proceso lento , pero va dominando los objetivos , le gusta conocer, que le lean cuentos y que le hablen. Así de esa manera mejora su comunicación. Yo me siento orgullosa de ver como progresa . Él y sus padres son felices cada vez que surge un avance, los que ya van siendo notables”.
La fiesta de los números y las letras se inicia cada día , tan temprano como para cualquier pionero cubano, en la casa de Pablo. Puede vérsele cada mañana cantando el himno a pesar de sus limitaciones y cómo sonriente con su uniforme y su pañoleta, busca sus libros para comenzar la faena.
En el rostro de los padres es perceptible la expresión de confianza. Ellos aseguran que pueden decirle al mundo “nuestro hijo ha tenido la posibilidad de saber y aprender, un derecho que debe ser sagrado para todos los hombres del planeta. Por eso la ilusión siempre está entre nosotros nunca se ha quedado en pleno vuelo y mantenerla solo es posible en una Isla del Caribe que se llama Cuba”.

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