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Cogeneración y trigeneración en entidades cubanas

 La orden “Carlos J Finlay” le fue concedida al Dr. Pablo Roque Díaz por su destacada trayectoria investigativa desde 1968 en la esfera del uso racional de la energía. Sus estudios -reconocidos a nivel internacional- actualmente alcanzarían en Cuba una economía, sólo en los grupos electrógenos de fuel oil, de unas 300 mil toneladas anuales de combustible convencional de aplicarse la cogeneración y la trigeneración.

Por Lourdes Rey Veitia

Tres entidades cubanas podrían marcar un punto importante para el ahorro de energía en el país a partir de la implementación de la cogeneración y la trigeneración: Hospital Arnaldo Milián, Empresa Textil Desembarco del Granma, ambas de Villa Clara, y la papelera Panchito Gómez Toro de Jatibonico, en Sancti Spiritus. El doctor en ciencias técnicas Pablo Roque Díaz e investigadores del Centro de Estudios Energéticos y de Tecnologías Ambientales (CEETA) de la Universidad Central de Las Villas, con la colaboración de los ministerios de la industria ligera y la salud así como los especialistas de las propias instalaciones han realizado estudios que -preliminarmente- demuestran que se economizarían miles de toneladas anuales de combustible convencional. Hospital Arnaldo Milián: En esta unidad de salud el consumo de portadores energéticos está distribuido de tal forma que una tercera parte es en calor, otra en frío y el resto, electricidad. El índice general por día por paciente ingresado (tomando una referencia de comparación, a pesar de que la energía también se consume en la atención a pacientes externos y ambulatorios) alcanzó durante el 2004 y 2005 una cantidad de combustible equivalente que, a los precios de aquellos años, representan por este concepto casi 3 dólares diarios por paciente ingresado, lo que significa que al año fuera preciso desembolsar cerca de medio millón de dólares para este fin solamente. El doctor Roque explica que esa demanda puede, de manera racional, satisfacerse mediante el uso de un sistema de trigeneración y aclara que ese concepto significa “generar localmente con una única instalación electricidad, calor y refrigeración, obtenidos estos últimos a partir del calor de desecho (por ejemplo de los gases del escape y del sistema de enfriamiento de cualquier motor)”. Según los cálculos probablemente se disminuiría el indicador señalado en una tercera o cuarta parte; lo que representaría una reducción del gasto anual a más de cien mil dólares en esa entidad, lo que pudiera ser extensivo a todos las instalaciones de salud similares al Arnaldo Milián que existen en el país. Empresa Textil Desembarco del Granma: Fue construida para producir anualmente 60 millones de metros cuadrados de tela lo que requería enormes cantidades de energía, su equipamiento fue -en su momento- una de las mayores potencias instaladas en el país. Toda esta energía la recibían del sistema electroenergético nacional (SEN). A pesar de que hoy la racionalidad se ha impuesto, todavía los requerimientos energéticos allí son enormes y la reducción de los niveles productivos son considerables. “La composición de las demandas energéticas actuales en la textilera son casi similares a la original, aunque las cantidades son menores, se trabaja por lo general apenas con uno de los seis turbocompresores instalados, una de las tres calderas y un calentador de aceite a la vez. En cierto sentido – dice Roque- sucede algo parecido al hospital, puede tener la misma solución y ser hasta superiores los resultados de ahorro. De esa manera, una instalación de trigeneración local (en la textilera) consumiendo algo más combustible del que hoy se requiere, obtendría a cambio una independencia total o parcial respecto a la red nacional y con un consumo total de combustible por el país mucho menor que el actual, toda vez que ya la textilera no tendría que consumir energía del SEN y las necesidades de calor y frío se lograrían como subproducto térmico”, precisó el científico. Papelera Panchito Gómez Toro de Jatibonico: “Aquí los estudios están en un primer paso y tienen variantes muy prometedoras de integración a las necesidades locales. La papelera, según análisis realizados por sus especialistas, pudiera reiniciar su trabajo a partir del procesamiento de pulpa de madera importada, pero para ello se requieren también grandes cantidades de electricidad para accionar la máquina de papel y otros equipos auxiliares además de vapor para el secado. Se excluyen las necesidades de frío, que en este caso son insignificantes. Por lo tanto, el esquema racional sería de cogeneración y no de trigeneración, entendida en este caso como la producción combinada de electricidad y calor en similares condiciones a las descritas antes y con comparables beneficios, pero con la característica de que se podría unir a ella una fábrica para la confección de envases de huevo, otra de procesamiento de productos en conservas etc. que sería una experiencia casi única que tiene como antecedente los esquemas de cogeneración existentes en la industria azucarera del país. Un papel importante en esta dirección puede ser jugado por las baterías de grupos electrógenos de fuel, una de las cuales pudiera ser, tal vez, microlocalizada en la localidad. En este caso particular se recuperaría además el papel aglutinador del desarrollo local de la comunidad, asumido ahora por la cogeneración”, precisó.

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