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Crecer con la Memoria

Un espectáculo trascendente y auténtico

 

Los equipos de  Industriales, Villa Clara y La Habana (primero, segundo y tercer lugar del campeonato nacional) recibieron sus trofeos.

 

 Por Lourdes Rey Veitia

 

¿Cómo escribir estas líneas?  Cómo decir todo lo que ha quedado en mi memoria de estos días.  Cómo hablar de la euforia de una multitud. Cómo narrar las emociones del que se siente sorprendido por la victoria y del derrotado que debió ser campeón, -sobre todo yo que no llevo estadísticas ni average-, pero si tengo un racimo de  emociones apuntadas en mi  maltratada agenda de estos días.

Me conmueven los recuerdos de cinco meses y pasan ante mí las imágenes: el salto del que aplaude una jugada,  el rostro descompuesto del que grita desde las gradas, la ola  humana que  bordeó los estadios, la conga de los equipos, las riñas por decisiones erráticas de árbitros, la felicidad del pueblo, la preocupación de muchos para garantizar el mejor espectáculo; porque  el béisbol en Cuba es sangre, es fuerza, es madera, es savia y es sostén.

En mis anotaciones de los últimos días está la satisfacción del que dio un ponche,  del que hizo un gran fildeo,  de los que por ambos conjuntos pegaron un doblete, un jonrón, llegaron a primera, avanzaron hasta el home.

Tengo en el corazón -más que en mis anotaciones- la angustiada  del que cometió un error lamentable y costoso, el desconsuelo del que se ponchó, la preocupación por los próximos minutos que parecieron horas, el sobresalto de dejar hombres en base.

Veo los rostros de los jugadores y en esas expresiones está el esfuerzo de un año, la constancia, la dedicación, la pasión, la unidad de los equipos.

 Aun no puedo explicarme porqué miles de personas llegaron a  las tres de la tarde a los  estadios a buscar un espacio  en las graderías, aprisionarse como si se conocieran desde años y era la primera vez que compartían espacio juntas.

Veo a un estadio estremecerse y apagarse por minutos porque su equipo bajó la guardia, siento  a ese mismo estadio vibrar segundos después, hacer olas, gritar a  uno y otro conjunto, pero quizás desde mi sensibilidad femenina  tengo prendidas dos imágenes del juego de ayer: el abrazo de Germán Mesa a su último  lanzador y el de Martín Saura a Yandri Canto cuando llegó al home después de dar el cuadrangular que dio aquel empate momentáneo.  Esos dos abrazos fueron -más que entre manicher y jugador- entre hijo y padre, entre el que confía y el que cumple. Eran abrazos de grandes, de los que saben  empinarse en la hora crucial.

Salgo del estadio casi cuando nadie queda, después de haberse entregado los trofeos a Industriales, Villa Clara y La Habana (primero, segundo y tercer lugar del campeonato nacional). Minutos antes acaba de escribir en mi agenda lo que Tabares me dijo “ganamos con el corazón, saltando escollos”,  lo que Malleta reconociera: “ha sido un play Of. difícil”. Lo que Rivero confesara: “ganamos, pero Villa Clara es un equipo grande no éramos los favoritos, estábamos en el Sandino”.

 Ante Martín Saura vuelvo a reverenciarme,- con los ojos   humedecidos y la voz entrecortada- este hombre me  afirma: “peleamos, pero no supimos ganar, seguimos teniendo la deuda, si algo me alienta  es el esfuerzo de los muchachos y el apoyo del pueblo”.

Tengo , lo declaro, el  mismo dolor por ser villaclareña, lo tienen muchos, sabemos que pasará cuando en los próximos meses se de el primer lanzamiento  y volvamos a vivir las mismas emociones, para ese entonces tendré que haber aprendido a hacer  informaciones de average y jugadas porque en estas líneas he dejado un pedazo de mí, aunque creo que volveré a narrar las emociones de triunfadores  y vencidos, la euforia del pueblo, el chiste ocurrente, la discordia de una decisión, la legitimidad de un espectáculo  que por trascendente es cultural y auténtico.

 La premiación

 Durante la ceremonia de premiación, efectuada  al terminar el juego,  recibieron los trofeos del campeonato nacional los equipos de Industriales, Villa Clara y  La Habana.

 Lázara Mercedes López Aseas, primera secretaria del Partido en la capital, condecoró al campeón nacional: los azules y Julio Lima Corzo, primer secretario del partido en Villa Clara lo hizo al subcampeón: los naranjas.

 Estaban presentes en este acto Cristian Jiménez, presidente del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER), Alberto Juan Torena, vicepresidente de la propia institución, Alexander Rodríguez Rosada , presidente del gobierno en el territorio y otros dirigentes del partido y gobierno de ambas provincias.

 El pueblo de Villa Clara en respetuoso  acto aplaudió a los azules y reconoció el esfuerzo de ambos conjuntos como muestra de  admiración por los triunfadores y del cariño que le profesa a su equipo.

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