Recuerdo íntimo de Menéndez

 

 

La hija de uno de los colaboradores de Jesús Menéndez evoca su figura.

 

 

 Por Lourdes Rey Veitia

 

Elisa Guardado llegó al Taller Nacional sobre la Vida y Obra de Jesús Menéndez, que sesionó en  la provincia de Villa Clara, apretándose el corazón. Los que la conocemos sabemos que  trataba de contener la emoción en el rostro y la sonrisa de siempre había cedido paso a una nostalgia poco frecuente en ella.

Es que para esta mujer al hablar de Jesús Menéndez lo hace también de su padre, Isidoro Guardado, quien acompañó al General de las Cañas en muchas de sus batallas.

“Vengo con una deuda emocional, dijo,  porque conocí a Menéndez desde los ocho años en que entró a mi casa a conversar por primera vez con mi papá. Tengo muy dentro de mi a un  Menéndez humano que se fue convirtiendo en líder porque ser líder supone verse en los demás y eso me sucedió a mi con él.

“Recuerdo al Jesús jovial que bailó con mi  madrina, que la enamoraba, lo tengo grabado en mi memoria en el último baile que asistió al Central Unidad, - luego del triunfo de la Revolución  Central Azucarero Unidad Proletaria-  en el municipio de Cifuentes.

“Supe de sus cualidades como hombre que sabía convencer y de qué convencer, porque a mi padre nunca le insistió para que perteneciera al Partido Socialista Popular (PSP), en cambio lo hizo líder sindical.

“Papá era exaltado  y el le decía,  ‘así no Guardado, con calma’. Mi padre era analfabeto  y con 17 años aprendió a leer y escribir bajo las orientaciones de Menéndez  y hasta un caso  llegó a defender y ganar  ante el Presidente de la República.

“Tengo grabada en mi memoria cuando Jesús Menéndez  le contó  a papá la anécdota que se conoce de no dejarse sobornar  en los Estados Unidos   Aquel día le dijo arrastrando todas las r Que va a hacer un negro  con tantos millones  y en la casa la admiración hacia este hombre creció mucho más, su muerto fue dolorosa y lo hemos recordado siempre. Mi papá murió admirándolo, hablando de él constantemente y respetando su figura “, confesó y sus palabras  se cortaban por la emoción.