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Crecer con la Memoria

50 años de títeres en Santa Clara

 El Grupo de Teatro Guiñol de Santa Clara ha llevado su arte por toda Cuba, también a Polonia, Nicaragua y España.

Por Lourdes Rey Veitia

Al Teatro Guiñol de Santa Clara llegué junto a mis hermanos una tarde de domingo, tendría unos seis años. Mi madre nos trajo desde el pueblito donde vivíamos para ver a los “titiriteros”. Lo experimentado en aquella función, recuerdo que fue la obra El porrón maravilloso, siempre ha quedado como una página bien guardada de mi vida, llena de sensibilidad, resultó el encuentro con un mundo que descubría y al que siempre vuelvo para recomponerme. Aquella magia aun la recuerdo. La oscuridad de salita, que en aquel entonces me parecía inmensa, y sigue siendo la misma: pequeña, acogedora, decorada con los personajes de los cuentos infantiles, engalanada ahora con murales cerámicos de reconocidos artistas plásticos, me cegó y confieso que mi imaginación se elevó junto a los muñecos. En aquel entonces tendría unos pocos años de constituido ese colectivo y ya dejaba su huella en el público infantil. A la salita de la calle Tristá, de Santa Clara he retornado incontables veces llevando a mis sobrinas e hija para que aprecien obras como Los polluelos, la Caperucita Roja, El teatrino del abuelo Paco y el propio Porrón maravilloso… espero un día acompañar a mis futuros nietos. El Grupo de Teatro Guiñol de Santa Clara, fundado en 1962, cumple en este mes de marzo medio siglo de creado, uno de los seis primeros teatros de títeres profesionales de nuestro país. Se destaca por su cuidadoso trabajo de animación y diseño de muñecos. Sus iniciadores, los maestros Allán Alfonso, Olga Jiménez e Iván Jiménez se encargaron de mantener un repertorio que aborda lo mismo textos clásicos que piezas de dramaturgos cubanos y extranjeros de la actualidad. Su sede es un escenario dinámico, cuenta con una sala principal de teatro, otra de video, y un espacio alternativo propio para teatro arena o exposiciones, aquí se realizan presentaciones no solo para el público infantil y juvenil sino también para adultos, además de lanzamientos de libros, conferencias, talleres, seminarios y recitales. Ha sido visitada por otros grupos de teatros como el Escambray, Teatro de los Elementos, el Grupo Papalote, la Colmenita , los Guiñoles de Remedios y Santiago de Cuba, es subsede además, del Festival Nacional de Teatro de Pequeño Formato. Este grupo teatral ha llevado su arte por toda Cuba, también a Polonia, Nicaragua y España, se presenta en las distintas comunidades de la provincia, incluyendo zonas rurales intrincadas como la montaña del Escambray villaclareño. Iván el teatrista gigante Iván Jiménez, uno de los tres fundadores, hasta su muerte director general del colectivo, no pudo disfrutar de la celebración de estos cincuenta años, falleció hace menos de un mes. Fue un hombre “real y útil”, un gigante de los títeres, un alma infantil que disfrutaba de la vida cuando sonreía un niño, esos que siempre le rodeaban, y llenaba sus días con sueños, colores y música. Según Carmen Sotolongo, critica literaria y promotora cultural, “se fue el maestro titiritero, con su humilde grandeza, con su morral de títeres al hombro, a plantar su retablo en una estrella”. Iván fue actor, diseñador, constructor de mecanismos para títeres y escenografías; luminotécnico, operador de sonidos, utilero, tramoyista, dramaturgo, autor de más de 15 obras, de múltiples versiones y adaptaciones de autores clásicos y nacionales. Como director general, situó al Teatro Guiñol de Santa Clara entre uno de los más destacados del país, distinguido por su profesionalidad y creatividad.

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