A José Antonio Echeverría se le recordará siempre

 

 

Por  Lourdes Rey Veitia

 

 El 13 de marzo de 1958se protagonizó uno de los hechos más trascendentes  que protagonizó la juventud cubana

El gordo o, Manzanita, así le llamaban  al joven estudiante de arquitectura que era explosividad y audacia su nombre era  José Antonio Echeverria  Bianchi, natural de Cárdenas la ciudad bandera y llegó a la historia como los grandes enarbolando la senda de la libertad.

Jovial, fiero en la lucha, carismático, afable en el trato, ese era aquel muchacho que fue asesinado a ala entrada de su amada universidad, en la capital cubana. Era el 13 de marzo manzanita iba al frente de  un comando de 15 jóvenes, otro se dirigía hasta el Palacio Presidencial. En la emisora radial transmite una alocución al pueblo. Sale hacia la Universidad y la policía lo asesina en un enfrentamiento junto a la escalinata de la Colina Universitaria

El reloj de la emisora dejó de marcar su ritmo acompasado a las 3 y 21 de la tarde, los micrófonos de la pequeñísima cabina se hicieron dueños de  la historia ante la ferviente alocución de José Antonio y luego ante la triste noticia de su muerte. Cárdenas quedó enlutada, Cuba estaba de duelo.

Pero esa fue la ultima de su sus acciones porque antes ya había intervenido en  muchas otras en aras de ver libre a su Patria.

Antes, el 30 de agosto de 1956 en México, José Antonio firma con el líder de la Revolución Fidel Castro, un documento que se conoce como la Carta de México. Luego va hacia Ceilán (actual Sri Lanka) y participa en el Congreso Internacional de Estudiantes. A su regreso pasa a la clandestinidad, por la persecución a que es sometido.

El asalto al palacio presidencial y la toma de Radio Reloj por los jóvenes estudiantes que integraban el Directorio Estudiantil Revolucionario es una de las páginas de mayor arrojo de nuestras luchas. Constituye una referencia necesaria en el proceso histórico, y José Antonio es  ejemplo de la juventud de su época,  su nombre están vinculado a la obra creadora de la patria