Baraguá, página heroica y gloriosa
Por Lourdes Rey Veitia
Después de diez años de lucha redentora en la manigua no podía aceptarse una paz sin independencia.
Ante la posibilidad real de pactar y aceptar la paz por algunos de los que intervinieron en la contienda de los 10 Años, hubo un mambí extraordinario que con una fuerza inmensa y con el decoro de muchos hombres y la hidalguía de sus heridas en el combate se rebeló en el lugar conocido como Mangos de Baraguá en el oriente cubano, el 15 de marzo de 1878.
Maceo había sido héroe de cientos de batallas, pero fue este el acontecimiento exacto que lo llevó a su altura. Al asumir toda la responsabilidad heroica de aquellas circunstancias se convierte en el portavoz del decoro de Cuba y vindica la dignidad de los cubanos.
La memorable entrevista y aquellas siempre recordadas frases donde le expresa al pacificador español General Arsenio Martínez Campo: “Guarde usted ese documento, no queremos saber nada de él...“
En esa entrevista Maceo exige la plena libertad de Cuba y la emancipación de los esclavos.
Fue una conversación que solo duró breves minutos ante la respuesta contundente y enérgica actitud de Maceo quien la terminó categóricamente:
¡Volverán a romperse las hostilidades!
¡Muchachos, el 23 se rompe el corojo!
La tregua fue de solo ocho días. Le continuó la Constitución de Baraguá, un breve texto lleno de arrojo, rebeldía y dignidad.
Con su actitud intransigente Maceo y el grupo de guerreros que lo acompañó en la protesta legaron a nuestra historia la página más hermosa de la resistencia de los patriotas cubanos.
La Protesta de Baraguá fue para Martí el momento más glorioso de nuestra historia, donde se consolidó la nacionalidad cubana y donde se rindió honor a los habían luchado por Cuba desde el primer alzamiento en octubre de 1868.
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