PUÑO DE PIEDRA Y ESPUMA EDITORIAL DAVID
A la memoria de OrlandoA sus hombres, excepcionales todos.A Malú, mi hija, para que se iguale a ellos.A mi hermana, que en Gambia,se convirtió en un ser humano especial. MAS ALLA DEL HORIZONTE Las gaviotas están al borde del camino. Están también al final. Solo ellas sabían la ruta exacta. Han ido custodiando todo el trayecto. Venían al encuentro cuando menos se esperaban. Se alejaban cuando no lo imaginaban. Siempre estuvieron cerca, pero no tanto como para poder atraparlas.Estaban allí libres aquel día en que cayeron, en un burbujeo silencioso, las primeras piedras al mar.Las gaviotas saben toda esta historia. Ellas y el mar son quizás quienes más la han vivido. Los hombres han estado íntimamente en el ir y venir de las olas y el verter del rocoso, que las gaviotas y el mar, pasaban inadvertidos para algunos. Había tanto que hacer que ni aquel encuentro cauteloso y confidencial entre mar y gaviotas detenía las labores.El mar parecía el enemigo, en cambio se convirtió en compañero. Bravo a veces, sereno casi siempre, tan cerca y tan lejano que solo mirarlo daban deseos de vencerlo, pero amigo al final.El mar, las gaviotas, los hombres y una idea. Una idea que era ya una obsesión para ellos. Una idea que se impulsaba porque en ella iban tantas otras, que había que hacerla cierta.Sería un camino de años, podrían ser muchos más de los que se creyó en un inicio. Aquella cinta plateada, que estaba dibujada como un trazo infantil, se agigantaba en la memoria, encontraba vericuetos insospechados en el trayecto, aunque eso sí, las gaviotas y el mar abrirían paso.Nada los detendría, nada pararía aquella fuerza que brotó por un sueño. Ni el sabor amargo de las almendras que están a la entrada del camino, ni los amaneceres que parecían oscuros, cuando no había gaviotas. Ni los rumores de un, no seguir, porque no había calma en el mar. Porque el mar, siempre encontró el momento exacto para dejar ir hacia delante. Todo comenzó una noche cuando nada se vislumbraba. Cuando alzar las primeras piedras parecía una hazaña. Antes hubo tanta energía que solo ahora se aprecia el porqué, de aquellas acciones. Había tanto que cuidar, desde el mar, las gaviotas y sus hombres, hasta la idea. Cuando se trazó la curva que construirían, únicamente Orlando sabía que estaba en el borde del camino. Lo acompañaban en aquel pensamiento el mar y las gaviotas. Sus hombres lo seguían.Orlando sabía que podía llegar hasta la última gaviota. Soñó entonces con alcanzar una sola. Aquella que se encontraba más allá del horizonte.
LOS SUEÑOS DE ORLANDO De la primera vez que vio el mar Orlando no recordaba nada. Solo decía que cuando llevaba un día sin verlo se ponía triste. A el acudía como quien acude al mejor amigo o al confesor de nostalgias. “Cuando no lo veo sueño con el. El vaivén de las olas hace en mí el efecto de aquellas canciones de cuna con que mi madre nos arrullaba a todos en la casa, éramos cinco hermanos y el tiempo de horrores fue largo y triste en Calabazar de Sagua, un pueblito de aquí de Villa Clara que se conoce mucho porque de ahí es el cuentero mayor”. Su conversación era fluida, en medio de ella hizo un alto para decir que no es Onelio Jorge Cardoso, ni puede parecérsele. En cambio fue un hombre locuaz, ameno, con humor , suspicacia y una profundidad en las ideas que sorprendía. De haberlo conocido el cuentero, hubiera sido el inspirador de Francisca y la Muerte, pero el título sería Orlando y la Vida.Orlando Rodríguez Pérez fue un hombre conocido, antes de haber sido jefe del Contingente Campaña de Las Villas, que construyó el Pedraplén Caibarién Cayo Santa María, ya tenía historia.En 1984, en Libia construyó una carretera entre el frío y la arena del desierto. Luego en Cuba, días después de su llegada de aquel país, termina la carretera Santo Domingo - Corralillo, cuando quizás nadie lo esperaba. Solo le faltaba hacer un camino en el mar, lo que consigue el 15 de diciembre de 1994, cinco años después de haber iniciado la majestuosa obra.Supo lo que hizo. Supo también que no fue protagonista único. Sin sus hombres nada hubiera sido posible. Ellos son de una estirpe única que se forja en la hermandad y en la virtud del bien que potencia el trabajo. Eso bastaba para creer tener la esperanza en las manos.Fue un hombre extraordinario en su natural cotidianidad. Algo lo distinguió y todos coinciden que fue su persistencia, esa increíble virtud junto al don de saber escuchar lo hicieron no detenerse ni ante el peor de los obstáculos. Sus sueños iban rodeados de azul, no importa su intensidad, pero siempre azul, unido al rumor del mar y junto a las gaviotas. EL IMPULSO DE PINARES “Los sueños llegan a ti como el recuerdo de una canción, me dijo poco antes de morir. Así, a saltos y muy entre vericuetos yo sueño. Sueño con el Pedraplén, con aquellos días inciertos y largos en que no sabía cómo llegar al final ni cómo hacer la vía, sueño con cada obra que he hecho, con el desierto de Libia y sueño con el Comandante Pinares en la limpia del Escambray”.Cuando Orlando estuvo al mando de Antonio Sánchez Díaz (Pinares), solo tenía 18 años. Para aquel entonces su único oficio había sido el de ordeñar vacas. Por menos de 20 centavos hacía ese trabajo, dinero que siempre fue para el pan de la familia. “Estuve cerca de tres meses a las órdenes de Pinares, era exactamente igual a como lo describe el Che en su diario. Impetuoso, por su carácter podía llegar a cometer acciones no siempre bien vistas, pero un hombre que enseñaba por lo intrépido, audaz, impregnaba espíritu. Además, incondicional . “Tan desprendido que no le tenía amor a la vida y menos miedo a la muerte. Llegaba a los cercos, a las trincheras escogía a los hombres y salía a hacer el peine. Iba siempre al frente, por eso no me extraña que Marcos, su seudónimo en la guerrilla en Bolivia, cuando lo destituyen de jefe de la vanguardia, al saber que podía dejar de pertenecer a la tropa expresara: ‘antes de ser expulsado de la guerrilla, muero’.“ Con su muerte el 2 de junio del 1967 se perdió un hombre de mucha firmeza. Ahora al paso de los años logro entender su intrepidez. Estaba siempre apurado por hacer algo contra el enemigo, sus impulsos eran incontrolables, no le tenía miedo a las balas, estuvo por aquellos días en el lugar más difícil y en el momento más complicado”.El arrojo de Pinares y ese extra que ponía para irle de frente a las adversidades sin medir consecuencias Orlando siempre pensó que quedó en él, “creo que a veces aparece Pinares en mí, sobre todo cada vez que algo impresiona no tener salida. Y cuando le voy de frente al problema casi sin pensarlo me acuerdo de su ánimo en medio del Escambray ”.“Es algo que si fuera creyente diría que es sobrenatural, está dentro de mí, como la enseñanza mayor de aquellos días. Luego me llamo a capítulo yo mismo, viene la reflexión, pero ese primer impulso es de Pinares”.
LIBIA A Libia llegó cuando menos lo esperaba. Recuerda que lo primero que vio fue una mole anaranjada de arena. Se preguntó: ¿Qué hace un cubano aquí en el otro lado del mundo? Orlando nunca había sentido calor y frío intensos de aquella magnitud. No encontraba explicación ni a aquel acontecimiento ni a ningún otro que le ocurría en aquella tierra.En su memoria no existían imágenes similares, rara vez había visto en películas o soñado con parajes semejantes. Nada tenía que ver aquel hombre de 40 años con aquellas tierras y aquellas costumbres. Sólo pensó que debía adaptarse y no había mucho tiempo para hacerlo. Debía construir una carretera.Mirar el desierto le daba nostalgia. Entonces era mejor no observar el paisaje, con el que luego soñó sin saber por qué extraña razón. Es que fue sencillamente un hombre de sueños.De esos que tiene el valor preparado para emprender cualquier empresa. No preguntó cómo seguir adelante la carretera ya empezada, la siguió, pero con el concurso de todos.Entre los primeros impedimentos para culminarla que se extiende desde Seba hasta Guari de 150 KM. en la República de Libia estaba la ineficiente cantidad de polvo de piedra con la cual poder asfaltar. En Seba fue construido un molino de piedra que no lograba producir la cantidad necesaria del material. Era casi imposible multiplicar la productividad, incluso ni con tres turnos de trabajo continuo se lograría llegar al final, los cálculos daban que se necesitarían diez años para terminarla. Lo que significaba que la carretera se finalizaría en más del doble de lo planificado. Se consultaban a los especialistas, los más eminentes ingenieros daban opinión, todos coincidían en algo: el polvo que producía el molino no alcanzaba ni para empezar. Orlando sabía que todos los argumentos eran ciertos. Soñador al fin , confiaba en que habría una solución ‘entre tantos hombres tiene que haber una idea’ ; se decía en silencio.Así en medio de la arena, casi sin saber cómo y tratando de esconder que sentía, eso que llamamos los cubanos las alas caídas, empezó a conversar con sus hombres.Casi no le salían las palabras. Pensó pedirle al colectivo redoblar las horas de trabajo, pero ese no era el problema, ya de hecho lo estaban haciendo. Incluso, si se trabajase todo el día no se lograría nada. Había que hablar, eso para él siempre fue lo más importante.La conversación se inició con el miedo que tienen las malas noticias, con un nudo en la garganta y aquel ’compadre esto se complica’ que ya lo caracterizaba. Todo estaba casi dicho cuando un trabajador pide la palabra.-¿Cuál es el problema Orlando? ¿Qué no hay polvo de piedra? Mire, cerca de aquí a menos de unos cinco kilómetros, hay polvo.-¿Que tú dices?-Que hay polvo -¿Cuánto?-Eso no sé, pero me parece que tiene cerca de 10 metros de alto y casi un kilómetro de largo.-Me llevas ahora mismo.-Como usted diga.Recuerdan que Orlando inmediatamente, ordenó a los especialistas de calidad, lo acompañaran. La reunión había terminado sin darse ninguna explicación. Muchos de los presentes se percataban entonces que era cierto lo dicho por el trabajador, aquello que veían cotidianamente era polvo de piedra y del bueno. Estaba tan cerca esa verdad que casi nadie se había dado cuenta que aquella podría ser la solución. Orlando, en el jeep que los transportaba hasta el lugar hablaba del talento de todos, de las ideas en común, de contar con la mayoría. Quería que el desierto corriera a él, pero iba corriendo por el desierto.En menos de 15 minutos divisaban la montaña de polvo de piedra, residuo de una vieja cantera establecida en ese lugar.Estaba frente a la solución de un problema de meses, resolvería la productividad de sus gentes, la carretera saldría mucho más barata. La distancia de los tiros por camiones se acortarían notablemente. Indicó entonces realizar los análisis de calidad para certificar el producto. Las pruebas aseguraban, días después, que era posible realizar la construcción con ese material. Pocos meses más tarde la montaña de polvo había descendido casi a ras a la arena, por delante de ella la carretera relucía, cuentan que cada vez que Orlando pasaba decía :”Y estabas ahí mismo, en nuestras propias narices y no te veíamos”.
LA CARRETERA SANTO DOMINGO CORRALILLO La imagen del agua a los pies de la loma definitivamente sorprende. Es un azul gris poco visto rodeado de mucho verde. Siempre impresiona el momento en que la mirada descubre el mar desde de las Alturas del Norte de Las Villas.Una vista hermosísima hoy puede disfrutarse en el entronque de la carretera que viene desde Santo Domingo hasta los campismos El Salto, Ganuza y Sierra Morena en el litoral Norte de Villa Clara; a pesar de que pocos la imaginaron hace casi dos décadas atrás.Orlando había regresado de Libia y fungía como director de la ECOI # 11. La construcción de la carretera Santo Domingo - Corralillo era una vieja directiva dada por el Comandante en Jefe que fue posponiéndose a partir de las limitaciones económicas.La idea se retoma y se vuelve a establecer el compromiso de terminarla en el más breve lapso . Orlando había empeñado la palabra con Fidel. Tenía que terminarla. “Esos eran compromisos irrevocables, casi sagrados para él “, asegura Alcides Arteaga , entonces delegado del MICONS en el territorio, uno de los hombres que más tiempo estuvo a su lado.Recuerda Alcides que la construcción de ese vial se complica y no salía para el término establecido . “Un día me sorprende en mi despacho. Yo me dije, esto es una bomba porque Orlando no es hombre de ir a oficinas a conversar. Entonces con la más enfática y jovial forma en que decía las cosas, porque el mezclaba las expresiones para que le quedaran legítimas y con convicción, me dice sin esperarlo:-Búscate otro para la ECOI yo me voy a pie de obra. “Y estuvo allá hasta que la logró culminar . Su presencia fue una inyección, ampliaba las ideas, estudió los tiros de los camiones para que siempre viajasen llenos, multiplicaba los recursos. Examinó, junto con las empresas de investigaciones, lugares para lograr encontrar material de mejoramiento cercanos a la construcción y los encontró”. “Después ideó cómo funcionar con los vehículos para que estos fueran con un tipo de material y luego regresaran con otro para la capa que iba más adelantada, idea que aplicó después cuando construye el Pedraplén”.La obra se termina en diciembre de 1989. Con esa vía se unía Corralillo a la Carretera Central por el municipio de Santo Domingo. Son 59 KM. se reducía así la distancia hasta Santa Clara, la que antes era más del doble. Se creaba un acceso libre, se fundía y acortaba el recorrido entre la parte más noroccidental de la provincia con la capital de Villa Clara.
EL PEDRAPLEN La construcción del Pedraplén Caibarién –Cayo Santa María fue un desafío, aún hoy sus protagonistas saben que andan haciendo camino. Para hacer realidad la obra solo se contaba con el mar, las gaviotas, los hombres y una idea. La dio el Comandante en Jefe Fidel Castro y se emprendió el 12 de septiembre de 1989. No existía proyecto de tecnología constructiva, ni cómo organizar la fuerza laboral para ejecutar un pedraplén, que resultó ser de 48 KM y 46 puentes y se extiende desde la ciudad de Caibarién hasta Cayo Santa María, en el centro noreste de la provincia de Villa Clara. Con el se unieron varios cayos de la plataforma insular cubana para favorecer el desarrollo turístico del país.Se escogieron los hombres, tenían que ser todos excepcionales y se constituyó luego el Contingente “Campaña de Las Villas”. Al Frente de ellos alguien especial: Orlando Rodríguez Pérez.El nombre del contingente era premonitorio, tenía el signo del triunfo. Resumían la herencia histórica de dos gestas independentistas: La campaña de Máximo Gómez y Antonio Maceo en Las Villas ante las tropas españolas en la guerra necesaria que inició Martí en 1895 y la epopeya librada por los Comandantes Ernesto Guevara y Camilo Cienfuegos en los poblados del centro de Cuba, en diciembre de 1958.“Nuestro Comandante en Jefe al visitar las playas de la cayería nordeste de la provincia de Villa Clara, observó la calidad de la arena, la transparencia del agua, la flora y la fauna del lugar. En ese mismo momento tomó dos decisiones: La primera, construir un pedraplén que enlazara a la ciudad de Caibarién con las playas de Cayo Las Brujas, Ensenacho y Santa María. La segunda crear una fuerza constructora para ejecutar esa obra y asignar los equipos de la Brigada #1, lo que quedó en carta escrita y firmada por él ” . Así recordaba los días iniciales Orlando Rodríguez Pérez, quien fuera en aquel entonces jefe de la naciente brigada y más tarde del Contingente hasta su muerte el 11 de enero del 2006. “Ninguno de nosotros teníamos plena conciencia de lo que haríamos. Íbamos detrás de un sueño que luego se convirtió en realidad. Fue una idea genial del Comandante que nosotros, poco a poco, interpretábamos”, precisaba este hombre que no ocultó nunca su orgulloso por lo que él y su colectivo realizaron.“Cuando usted alza la mirada en el horizonte y ve esa cinta plateada sabe que detrás hubo mucho esfuerzo y sacrificio, pero lo que no puede imaginar es en qué condiciones se realizó” decía mientras parecía volver a sentir el sonido del rocoso cayendo al mar.“Los primeros equipos llegaron en el mismo septiembre, relatan los fundadores, 14 camiones, cargadores, cilindros, motoniveladoras, pipas de agua, talleres móviles, buldozer, grúas, entre otros muy importantes implementos”. “Fidel siempre estuvo preocupado por cómo se hacía la obra, comentaba Orlando. Un día me preguntó sobre la productividad de los equipos, yo respondo con exactitud, a él le pareció muy baja, entonces trato de precisar, y le digo. - Mire Comandante, pero ese número es a un 75 % de UP . Fidel no entiende y le aclaro que es a un 75 % de utilización productiva. Ni él ni yo entendíamos que como los camiones estaban en garantía, por cualquier desperfecto había que esperar tres o cuatro días a que llegaran los especialistas para que los revisaran. Ese era el tiempo perdido”. “En esa misma ocasión me interrogó sobre qué camiones me gustaban más, si el KP3 o el KMAS, seguía narrando Orlando y lo hacía con tal emoción que nada lo desviaba de su conversación, respondo que el KP3, doy mis razones, entre ellas que cargan más, que con soldaduras puede arreglarse cualquier desperfecto. Me miró y enfáticamente me dice, -Piensa más en tus hombres, el KMAS es más cómodo y ahorra más- . Es cierto, le contesto, usted tiene razón, yo estoy de acuerdo con usted. Luego cuando se constituyen las otras dos brigadas que conformarían el contingente tuvo la delicadeza de mandar la mitad de KP3 y la otra de KMAS para la brigada dos y KP3 para la tercera”.”Nuestro primer inconveniente fue que los proyectos de la obra no se habían terminado cuando la debíamos iniciar. Es ahí que se nos orienta, agregaba Orlando, que fuéramos calentando el brazo en la construcción del Pedraplén Caibarién- Cayo Conuco, obra que se inició el 26 de septiembre de 1989 y se termina el 8 de octubre. Fueron 5 KM. de vital entrenamiento”, reconocía.Inmediatamente después de terminar el pequeño ensayo de lo que sería el gigantesco Pedraplén Caibarién - Cayo Santa María esta primera brigada empezó a preparar sus propias condiciones de trabajo, entre ellas la plataforma de su campamento y el acceso a la cantera y al Pedraplén que debían realizar.
LA PRIMERA PIEDRA Cuando se tiró la primera piedra al mar el burbujeo fue sencillamente silencioso. Eran las 2 de la tarde del 15 de diciembre de 1989 . Después vinieron cientos de miles y ya el burbujeo fue tomando sonido y color cada vez que se avanzaba un metro. Se hacía espuma al verter.El primer camión iba lento, acaba de llenarse minutos antes en la cantera de Guajabana, frenaba y hacía desprender el aire característico que se exhala de las gomas, el chofer manejaba con cuidado, sabe que lleva la carga más preciada de su vida encima, sabe que será histórica, todos junto a él lo miran, detrás una fila de otros trece equipos esperan para realizar la misma operación. Osvaldo Leal había sido el elegido para llevar la carga fundadora. “Yo trabajaba hasta ese entonces en el Ministerio del Azúcar (MINAZ), como a todos los del contingente nos habían seleccionado para integrar esa fuerza y empecé a tomar conciencia de lo que iba a hacer. Orlando estaba obsesionado con la idea y nos obsesionaba a todos , fue un honor iniciar los tiros”, dice quien dejó un día la combinada y tomó un camión para desafiar las olas.“ Este colectivo cambió mi vida, llevo 15 años como Vanguardia Nacional. En otro centro de trabajo nunca lo hubiera logrado. Soy otra persona, aquí he dado un extra que solo es posible obtenerlo por el tesón y el compromiso con lo que haces. Soy más integral, con convicciones que se adquieren al pie de la obra y viendo a tú jefe al lado. Además siento orgullo, sé que lo que hicimos es único en el mundo y repetirlo en las condiciones en que lo logramos, creo que solo nosotros”. Osvaldo está ligado a la obra para el resto de su vida. Saberse iniciador, el primero que vertió piedras al mar, lo enorgullece. “Cuando los rajones de piedra blanca cayeron al agua parecían espuma. Se disolvían como una simple pompa de jabón o sencillamente como globos infantiles, pero yo me dije, con Orlando y tirando piedras para adelante, se llega lejos”. El mar tragaba las piedras y en aquel rumor parecía decir que necesitarían millones de viajes para lograr el deseo. “ No se pensaba en el final, no lo conocíamos sencillamente, solo sabíamos la importancia de la obra y lo trascendente del proyecto”.Desde noviembre ya se trabajaba en el lugar desbrozando los manglares y despejando la ruta de ese momento el buldocero Raúl Ferrer recuerda que ni en el horizonte se veía Cayo Herradura. Para sorpresa de todos el día 16 de diciembre a las 6 de la tarde al terminar la primera faena se habían hecho los primeros 30 metros. El mar los emplazaba cada mañana, y cada atardecer, no tenían descanso, sabían que un día llegarían a la meta. El 21 de mayo se culmina el KM #3 , es ese el momento en que se constituyen como contingente con el nombre de Campaña de Las Villas. Rápidamente la fuerza crecía, el 28 de junio de 1990 nacían la segunda y tercera brigadas, esta última tenía como objetivo abrir un frente que avanzaría desde Cayo Las Brujas hacia Caibarién, lo que ocurre el 11 de agosto del propio año.
NAVARRO, EL PEDRERO Se luchaba piedra a piedra, algunos creyeron que eran las más bellas piedras del universo. Pudieron serlo o no, pero eran las suyas y eso era bastante.Las piedras hablan, ellas tienen un lenguaje extraordinario en sus formas. Las corrugadas parecen estar enfurecidas, las lisas tienen la expresión de la serenidad, otras grandes impregnan fuerza , las medianas estabilidad. Las piedras no lo duden ; hablan. Y luego de una explosión en la más sencilla cantera, cualquier sensación puede sentirse al mirar cómo caen y van dejando las huellas en las terrazas.De ellas puede surgir hasta la esfinge de un oricha o un talismán como la que se encontraron un día y que pusieron a la entrada del campamento. La consideraron salvadora de momentos duros como aquel en que no se avanzaba en la productividad.“Lamentablemente ni apelando a las creencias y los misterios se lograba avanzar “; evoca Armando Navarro, quien dirigió el frente de canteras de la obra.“Solo se extraían 120 metros cúbicos por días mientras que el Comandante en Jefe había dado parque para tres mil por jornada. Era una vergüenza, no había explicación”.“ Analizábamos los detalles entre todos; nos dimos cuenta que poco se podría hacer con la escasa experiencia y la poca técnica de los hombres, había que prepararlos, entrenarlos y lo hicimos. Además los martillos taladradores se nos rompían, había que traerlos de España , no se podía esperar, así que decidimos a hacerlos aquí mismo en Caibarién en una de las empresas mecánicas del municipio y por ahí andan; fueron irrompibles”.“ La solución estaba en hacer terrazas más bajas y ampliar las vías de acceso. Se trabajó durante veinticuatro horas en turnos de doce ; a los seis meses ya teníamos los tres mil metros cúbicos por jornada”.“Otra de las soluciones fue buscar y abrir nuevos frentes de canteras. El hallazgo de la cantera en Cayo Las Brujas , donde hoy se encuentra el aeropuerto fue al igual que la que se decidió abrir en Sierrazuela casi una bendición”.De esta manera se abrían tres frentes de labor; uno de Cayo Las Brujas a Cayo Santa María, otro de Caibarién a Cayo Las Brujas y viceversa. No había dudas ya que aquella idea, aquel sueño era casi una realidad.
LA CUEVA DEL INDIO Todo iba saliendo a pedir de boca. El material de la cantera de Sierrezuela era de primera, los cálculos estaban sacados, se sabía cada viaje cuánto combustible llevaría, que cantidad de explosivo se gastaría en cada uno de los tiros. En cambio algo cambiaría el rumbo de los acontecimientos “un día, cuando más contentos estábamos por el hallazgo de esta cantera, nos llega un investigador , un arqueólogo, se llama Guillermo Baena. Lo recibo, me dice que él había estudiado las cuevas de la zona y que en esa, precisamente en esa loma donde estábamos extrayendo el mejor material, había una cueva donde había vivido un indio ”. Le digo:- No juegues compadre.- Y cómo tú lo sabesMe enseña un pedazo de piedra, que cuidaba con un celo increíble, aquello era para aquel hombre mas que si fuera un collar de diamantes, era su joya.-Bueno, pero eso es una piedra, y me responde -No un silbato aborigen.- Un pito, pero..... y me explica de la importancia del objeto. “No lo creía, hasta me llevaron a un músico de Caibarién, al flautista de la banda que se llama Armando de Castro para comprobar que sonaba. Sonaba y alto; pensar que para mí, en mi incultura, esa era una piedra más de las muchas que habíamos extraído. “Me quedo con la duda, llegué hasta hacerle jaranas al compañero, le pregunté por el nombre del indio, por el número del carné de identidad. Le digo, compadre un metro más un metro menos nadie se va a enterar; vamos a permutar al indio de cueva, en toda esta zona hay miles de cuevas , al frente a tres metros, hay una cueva más confortable que esta incluso.“Pero me doy cuenta que tenía ante mí a un profesional que había dedicado su vida a investigar, a preocuparse por algo que muchos no sabíamos, a hurgar en nuestras raíces.“Medité. Decido parar las extracciones. Aquello fue una bomba para el entusiasmo del colectivo. Trataba de explicar lo que casi no entendía en mi mentalidad de constructor.“ Solo mi instinto me decía que no debía seguir. Días después pensé que allí podría ir en un futuro el museo arqueológico del Noreste del centro de la Isla por los hallazgos que en ese sentido se han realizado en esta parte de Cuba y la solución fue buscar otro lugar dentro de la misma elevación pero protegiendo la cueva, desplazarnos la zona de extracción del material. Valía la pena aunque nos demoráramos más, gastáramos algo más y el material no fuera tan excelente.“ Acondicionamos el lugar y quedó listo para crear allí esa institución cultural que le dará vida y atractivo al pedraplén. Esa fue la primera enseñanza y aprendimos a respetar de ahí en adelante muchas cosas. Había que cuidarlo todo”.Por la diversidad de ecosistemas que atraviesa la obra y la gran longitud de la misma, el problema ecológico se convirtió en el principal desafío para el colectivo. El trazado del pedraplén fue la garantía para los resultados ecológicos que se observan en la actualidad, donde renace la vida y se ha comprobado que se mantienen estables los índices de salinidad, oxigenación y pureza de las aguas, porque la coraza se convierte en una trampa de nutrientes. En ese sentido fue imprescindible alejarse de los bajos de Guaní, por ser esta una importante fuente de alimentación para peces y aves, entre ellas el flamenco rosado que acude cada año a anidar en Cayo Las Loras. Fue necesario también no atravesar zonas de manglares; proyectar puentes en cada una de las corrientes marinas naturales que son vías tradicionales de migración de peces y en las intersecciones del camino con la costa, para no interrumpir las corrientes de arrastre del litoral . Se construyó de esa manera el puente sobre el canal de Los Barcos, la obra más significativa del pedraplén con 350 m de largo lo que lo convierte en el mayor puente marítimo de Cuba y el del canal de La Guasa con 250 m. Se trata de una obra bien planificada y desarrollada, con un máximo de respeto al medio ambiente, que constituye una armónica integración al paisajismo, razones estas por la que la Delegación Provincial del CITMA en Villa Clara le otorgó en mayo de 2003 el Premio Provincial de Medio Ambiente. LOS HOMBRES DE CAYO LAS BRUJAS Ángel Yeras cuenta la historia . Va detallando cada momento, lo hace con las imágenes de quien ha guardado un trofeo. Cayo Las Brujas es un cuento de hadas y cualquiera puede creer que el paraíso se inspira en el.Allí llegaron envueltos con las leyendas de damas , amores y brujas encantadas, dentro de sus mochilas. En cambio ellos mismos se volvieron leyenda unas horas después. Es la más increíble pero cierta, trascendente y autentica leyenda.Cayo Las Brujas es un peñasco firme dentro del mar . Se eleva más de 12 metros sobre él , en la actualidad existe un hotel, un aeropuerto y otras instalaciones turísticas. Cuentan que allí vivió un marinero con su hija. Frente, en Cayo Romano, habitaba un joven que se enamoró de la muchacha.El amor no podía consumarse por el temor de que varias brujas rondaban el cayo hasta que un día sucede y las brujas se llevan y desaparecen a la joven por haber violado su virginidad. El muchacho la busca por toda la cayería. Al no encontrarla se vuelve alcohólico, se aísla, razón por la que uno de los islotes de esta geografía es llamado Cayo Borracho.Todos dicen haber visto alguna que otra vez las siluetas de las brujas y escuchado el rumor de ellas junto el lamento de los enamorados en las noches. Pero lo cierto es que el lugar deslumbra . El verde y la blancura de estas playas , las iguanas y otras aves sorprenden por insólitas e inesperadas al paso. Hasta aquí puede llegarse en la actualidad por una vía interna, pero ese trayecto tuvo un andar de hombres rudos que no creyeron en brujas.Fue un trayecto de más de 12 horas por barco . Llevaban una carga pesada. Desembarcaron la madrugada del 25 de julio de 1990, el mar a las rodillas. En la patana un buldozer, camiones, agua y comida para un mes, implementos de construcción. “ ¡Y coraje, mucho coraje ! - asegura Yeras con los ojos que le brillan a pesar de los años trascurridos pero con la certeza de haber hecho algo que estaba más allá de sus pensamientos. Aquel día empezaba su leyenda . Sabían que habían llegado, pero nadie decía cómo continuar .Se miraban, Yeras comandaba la expedición.Solo se sabía que había una vieja casa en el lugar que antes había sido de un carbonero , allí se instalan después de varias maniobras para lograr que el buldozer y los demás equipos tocaran tierra.“Las maniobras se hicieron difíciles, era una zona pantanosa, se nos encayaba la patana , el peso del buldozer no la dejaba mover, en cambio él equipo encima se movía como un barco de papel y nosotros debajo parecíamos muchos meñiques”.“ Fueron varias horas interminables luchando entre el fango, el manglar y los mosquitos para poder desembarcar . Los hombres se miraban, yo creía que no confiaban en la empresa. “En un momento tome calma , fue algo así como una tregua silenciosa conmigo mismo y me dije, desembarcas porque con ello te llenas de gloria o de mierda. Pensamos y apareció la palanca de Alquímides y poco a poco, pero con más confianza logramos instalarnos en tierra”, cuando dice esto a este hombre rudo se le ve consternado por la fuerza de un recuerdo intacto que dibuja detalle a detalle“ No había tiempo, se iniciaron las labores al otro día, la misión era hacer contra candela desde Cayo Las Brujas a Caibarién y así se inició el proyecto. Después comenzamos de Cayo las Brujas a Cayo Santa María”. El 17 de febrero de 1991 se terminaba en tiempo record aquel tramo. Aunque no se olvidan que aquel primer día en que llegaron a Cayo Las Brujas de nuevo el agua y las piedras sonaron huecas, el burbujeo volvía a ser silencioso, era el inicio del lugar que debía ser el final. Estos hombres conocían el silencio confidencial de las piedras en el mar, pero ya sabían que el silencio sería momentáneo, que en minutos se oiría el chirriar de camiones.
EL NACIMIENTO DE LA BRUJITA El 6 de agosto de 1990 Ángel Yeras sintió distinto el mar , era como un anuncio. La brisa, más suave casi imperceptible, le refrescaba el rostro en vez de molestarle en los ojos. Creyó que rejuvenecía , él que siempre ha dicho que ha envejecido rápido por el salitre. Observaba inconsciente y constantemente el horizonte de Cayo Las Brujas a Caibarién. Sentía que algo dentro de sí se movía, una inquietud poco frecuente en él se apoderaba de su ritmo cardiaco, una ansiedad le rondaba y el mar en cambio estaba tranquilo esa noche.Muy a su pesar seguía tenso y no había porque estarlo. Todo en el improvisado campamento de Cayo Las Brujas estaba en calma. Habían acabado de comer y saboreaban el café de la jornada final, las luces de las linternas serían apagadas y Yeras seguía asustado. En Buena Vista, una comunidad rural del municipio de Remedios, Yeras fundó su familia , Iradia, su esposa, durante todos estos años de continuo ir y venir de mar y rocas se los ha pasado mirando el verde del campo que también aman los dos y apoyando el sueño que durante más de una década los ha unido en tres . En su soledad siempre ha tenido la compañía de Ángel, confiesa que desde lejos como ahora en que cumple misión en la República Bolivariana de Venezuela , sabe que él las recuerdas. A las seis de la tarde de aquel mismo día, exactamente cuando Yeras miraba el mar , Iraida sintió que algo dentro de ella, que había estado sereno toda la mañana, se movía impaciente. Su pensamiento estaba a cientos de kilómetros del lugar y con muchas olas que iban y venían. Solo pensaba en su compañero y quería traerlo y asirse a él, quería sentir en su pelo sudado ya por el dolor aquella mano. No importaba que estuviera callosa por el rocoso, ella sabe que es cálida y exacta.La noche fue larga , el parto seco como dicen en el campo, el útero se le desgarra a las tres de la madrugada, precisamente a esa hora ya Yeras no puede dormir y el mar daba rumores de alerta. Xiomara la enfermera estuvo todo el tiempo atendiéndola. Cerca de las 6 de la mañana la pasan para preparto. La inquietud de él en el campamento era tal que su compañero se despierta, lo insita a dormir. No contesta. El rumor del mar era más fuerte al amanecer del 7 de agosto. Desde ese día un sobre salto se le mantuvo en las entrañas a Yeras. Algo dentro de sí le decía que había nacido su hija. A las 7.30 de la mañana del 7 de agosto en Remedios, nacía Adiaris, su llanto fue fuerte. En cayo Las Brujas sorpresivamente el mar dejaba de rugir y parecía cantar una canción de cuna. Yeras confidencialmente dice que tuvo deseos de echarse al mar y nadar , algo desde lejos lo llamaba. Estuvo dieciséis días soñando con la cara tierna de un bebé. Doce días después la tenía entre sus brazos rudos. Recuerda aquel primer beso que no sabe porque siempre le supo a sal dulce. Era una niña de siete libras, chinita, blanquita, recortadita tan linda como el mar, lleva por apodo: La Brujita, aún a pesar de sus quince años se le sigue diciendo así, se lo había puesto Orlando en el momento en que nace.
LA INTELIGENCIA COLECTIVA “Orlando fue un jefe que respetó a los técnicos, tenía el arte de saber escuchar y te daba la posibilidad de innovar”, reflexiona Raúl Lena ingeniero principal de la colosal y majestuosa obra.“Los problema que se nos presentaban eran resueltos en consulta con todos los miembros del colectivo. Por esa vía surgieron más de 373 ideas geniales que dieron solución a complejísimas temáticas. Cualquiera de los hombres pudo ser el protagonista de una solución”, afirma . “Cada uno de los miembros de este colectivo cuenta alguno de esos momentos. Recuerdan que para llevar el nivel del mar, se hizo en un inicio a nado, luego ya no podían hacerlo de esa manera porque el agua sobrepasaba sus cuerpos, eran siete metros de profundidad. Así entre todos se dieron cuenta que las boyas podían ser una solución, después la marea las tapaba en el intercambio de la alta y la baja, desnivelando el trayecto, fue entonces cuando se decidió utilizar las estacas”.Trabajaron en el núcleo adelantado de la vía, (el centro) se le tiraba la piedra y luego los buldoceros empujaban las grandes sin material fino, pues este quedaba debajo de una cuchilla que se le añadió al buldozer para que sirviera de capa de rodamiento, la cual era imprescindible para proteger las gomas de los camiones. Aparecía una nueva tecnología.Esta fue la causa por la que los neumáticos que se utilizaron en la construcción de este vial duraron entre 40 y 50 mil Km. cuando estaba previsto que sería el 50 por ciento menos.Se llevó un control del por qué se ponchaban los camiones y se detectaba la causa. En una caja se separaban por el tipo de elemento que la producía, se conocía entonces que marca de goma se ponchaba más. Se dieron cuenta que los sobrantes de las varillas de soldar era lo que más producían esta anomalía, se le organizó el trabajo a los soldadores para que el desperdicio no fuera al piso sino a un recipiente, luego idearon que con esos cabitos de varillas podían hacer las puntillas para el encofrado de los puentes. Así se creó una maquinita para confeccionarlas. Aparecieron otras innovaciones como equipos para producir gas acetileno, máquinas de perfilar, cortar chapas, doblar materiales e implementos para la suspensión de camiones en la ponchera y recuperación de chasis.Desplazar el fango del fondo para buscarle firme a la carretera artificial era otra dificultad, se le sumaba cómo lograr el talú de la vía, cómo depositarle la coraza para protegerlo de los ciclones ( ha soportado cinco sin el más mínimo daño), cuál piedra usar, cómo ahorrar. “ Fueron estas, preocupaciones constantes que resolvimos entre todos y ese estilo sigue siendo el mismo,” precisan los trabajadores. Determinaron que se necesitaba compactar a la vez que construían, pues la hidráulica natural era insuficiente, se utilizó en el buldózer un cilindro. El ir y venir de los camiones fue otra acción y todo aceleró el asentamiento del pedraplén. Cuestión que trajo como resultado la inexistencia de grietas y baches y que no ha sido necesario repararlo.Por otra parte las canteras se hacían lejanas a medida que se avanzaba y se adentraban en el mar. El período especial tocaba fondo y las circunstancias eran impredecibles, pero continuaron haciendo camino. Los cálculos decían que eran necesarios 300 camiones que no existían y el petróleo era reducido al mínimo. Es ahí donde surge la idea de proponer dos frentes de canteras con lo que se redujo la distancia media de transportación a 14 Km. Se ahorraron por tal concepto 12 mil toneladas de petróleo, 300 de lubricantes, 7mil gomas y unas 250 baterías, acortando el plazo de ejecución a 5 años.En la construcción de esta obra se vertieron al mar 6 millones 8 mil metros cúbicos de piedra, en total se realizaron 900 mil viajes de camión, en 25 millones de KM. recorridos. El contingente se convirtió en escuela formadora de individuos de voluntad extraordinaria que solo compiten con la magnitud de lo que hicieron.
EL EMPATE Eran las 11.34 de la mañana del 15 de diciembre de 1994. Solo quedarían 68 segundos. Los dos últimos camiones van uniéndose. Traen la última carga. Doblan en redondo y van volteando. Los recibidores hasta ese instante iban guiando los acciones y evitando descargas erróneas. En cambio en este último tiro todos espontáneamente van indicando cómo hacerlo, el murmullo es total, los camiones en una hilera interminable hacen sonar sus claxon, el ruido y la alegría inunda el lugar. El ir y venir de las olas del mar no se escucha esta vez, estaban quietas. El mar no se sentía ante la satisfacción de aquellos que lo conquistaron.Orlando no espera que caiga la última piedra. Desde la punta que viene de Caibarién va pasando con los brazos en alto hasta los centímetros que se van uniendo con los que vienen de Cayo Las Brujas. Con sus manos termina de empalmar las dos puntas. En ese momento una gaviota se le posa en el hombro, mientras él parecía decir victoria. Nadie sabe exactamente que decía en medio de aquel terrible y gigantesco bullicio.Su sonrisa empezó a mezclarse con el fango que van dejando las últimas tiradas del material en la artificial carretera. Sus botas se tornan blancas. Pasa. Puede hacerlo. Ya estaba empatado el pedraplén .Junto a él todos sus hombres, como siempre, lo siguen. Sobre su espalda alguien al saludarlo lo llena del lodo que ha amado. Acababan de bautizar el triunfo.Aún se recuerda al cocinero que agitaba su gorro, a los que se quitaban la gorra y la dejaban en el suelo, al que beso el lugar del empate en el kilómetro 19.8 de la vía.Tras el impresionante enlace Miguel Díaz Canel, primer secretario del Partido en aquel entonces en la provincia y Orlando se fundían en un emotivo abrazo. Se suman otros entre ellos Lázaro, Vila, Valeriano, Yeras, Navarro, Marcial, Carlos, en fin, todos. Se había conquistado el horizonte. Después de cinco años se tiraba la última piedra que unía a las dos puntas. Desde octubre el ritmo del contingente era un reloj. Cada 68 segundos era vertido un camión de rocoso al mar, hubo días que se hizo en 51 segundos y otro en 42. Se había burlado a las matemáticas. “Es que el hombre posee reservas infinitas. Yo siempre confío en ese extra. Raúl, me dijo, cuenta bien Orlando ; arrojar un camión de piedra cada 68 segundos durante 14 horas diarias de trabajo, es demasiado. No sé cómo te las vas a arreglar , pero no falles. Y no fallamos. Cumplimos”, decía con la dicha de saberse ya trascendente .Terminaba la primera etapa. Quedaba subir el nivel de la vía 4.15 metros en algunos lugares y 2.15 en otros, debían concluirse algunos puentes y hacer la coraza. Ya se circulaba a lo largo de la cayería , se facilitaba la incursión de visitantes y se podían iniciar las construcciones. Se había hecho lo increíble.
DIAS DE GLORIA Era un día lluvioso. De esos de llovizna fina y pertinaz. Fidel estaba en el pedraplén y miraba el mar. Su mirada era visionaria. Había asombro en ella. Aunque observaba en silencio trasmitía información. En realidad el pedraplén es un espectáculo que sorprende, energiza, envuelve. A lo lejos los flamencos, muy cerca las gaviotas, más acá los manglares, el agua transparente a los pies, los peces ligeros y victoriosos nadando cerca de la coraza, la brisa sin molestar, el vaivén de las olas, exacto sin salpicar agua y cuando salpica es impresionantemente agradable porque el agua siempre está llamándote para que la contemples.Fidel disfrutó ese día el entorno, era visible en él la satisfacción, Tocaba el borde del puente del Canal de los Barcos, exacto, liso, y aparentemente suave, cuando todos sabemos que es una mole de acero. Sin palabras reconocía la calidad y casi perfecta curva que se extiende por los 350 metros de concreto aéreo por debajo del cual transitan veleros, barcos , lanchas y donde se posan gaviotas. Casi dos años antes, cuando Orlando cumplió la palabra empeñada con el Ministro de las FAR , General de Ejército Raúl Castro, de terminar antes del 26 de diciembre la primera etapa de la gigantesca obra; Raúl después de dejar empatada oficialmente la vía le dijo que habría tiempo para abanderarlos como contingente y que esa bandera sería entregada por el Comandante en Jefe. Era el día anhelado. Orlando siempre fue un hombre que supo esperar, pero reconocía que ansiaba la visita del mayor de los constructores.Las estancias de Fidel y Raúl en el contingente fueron días de gloria. Las recordaba como sus grandes celebraciones y para estos casos lo único que sabía hacer este hombre era proponerse nuevas metas, más complejas, más exigentes, sabiendo que en el trabajo estaba el sentido de ese colectivo.” Con Raúl fue un el día de plenitud, en ese momento se nos entrega la Réplica del Yate Granma, nos reconfortó sobremanera ese estímulo y nos impulsó a continuar siendo mejores, nos sirvió de empuje”. “Tomamos aire para continuar la segunda etapa del pedraplén, que era dura también. Había que concluir dos puentes que estaban en fase de terminación y otros cinco ejecutándose; además de iniciar uno y levantar la vía, asfaltarla , crearle las optimas condiciones, pero con la más absoluta calidad”, decía quien ya sabía cierta la posibilidad de engrandecer los sueños. El 29 de septiembre de 1996 llega Fidel. “Ese fue un inmenso acontecimiento, le regalamos una de nuestras gorras porque lo consideramos uno de nuestro fundadores, fue el creador de la idea ”. ”Fidel recorrió el pedraplén, nos llenó de elogios, con sus palabras comprendimos que habíamos alzado la mirada del mundo hacia el horizonte de Cuba , que habíamos realizado sus sueños ”.Al atardecer se efectúa el acto en el campamento del contingente y reciben el estandarte de manos del jefe e inspirador “es mejor abanderar, no cuando comienza una obra, sino cuando ha sido realizada”, explicó el jefe de la Revolución y dijo además “los hijos de los integrantes de este colectivo les agradecerán el esfuerzo por engrandecer la Patria, no habrá playa ni lugar más tranquilo que este”. Así mismo calificó lo hecho de increíble y admirable, donde millones de personas se asombrarán de lo que hicieron y de las condiciones difíciles en que la realizaron”.Orlando recordaba que aquel día al despedirse de Fidel solo pensó en “no volver la vista atrás , en no mirar el camino andado, porque el camino se hace al andar”, y aún le quedaban muchos sueños y caminos de Fidel por realizar.
LA AMPUTACION Los diagnósticos eran irrevocables. La noticia increíble. El contingente consternado. Era el 13 de marzo de 1998, día triste. Afecciones continuas en las arterias de sus piernas provocaron un trombo en la izquierda. Su salud se deteriora, se complica . Su vida estaba comprometida. Los más cercanos, frente al salón de operación tenían la esperanza, que del vigor que este hombre había demostrado siempre saliera un extra y se hiciera un milagro. En todos era visible la inesperada y trágica sorpresa. La realidad era mucho más compleja que cualquier idea. Era inevitable la decisión médica. Había que amputar. El hijo da la aprobación.El quirófano de uno de los excelentes salones del Centro de Investigaciones Médicos Quirúrgicas (CIMEQ), en la capital cubana, estaba preparado. Los médicos sabían que tenían la vida de un hombre excepcional y único en las manos, la medicina cubana actuaba. A las siete de la noche se decide intervenir. Hasta las 10.15 de ese mismo día se estuvo batallando en el salón.El monitor que mantiene la frecuencia cardiaca daba el sonido característico. La anestesióloga le aplicaba lo adecuado para hacerlo pasar al sueño profundo, no sentir los procederes y luego volver lentamente a su nueva realidad . Orlando se iba yendo a sus sueños y recuerdos, al pedraplén , a las gaviotas, al mar , al rocoso cayendo al agua. Más que irse siempre dijo que un algo especial lo llevaba hasta allí. Nunca supo definir que fue, pero confesó que aquella resultó una sensación dulce de sentirse lejano, vago para volver hasta el lugar de fundación, a pesar del dolor.Los instrumentales estaban seguros en las manos de médicos y enfermeras: Bisturís , pinsas kelly , de disección, apósitos , torundas entraba en acción. El tejido de su muslo izquierdo se iba abriendo, la sangre coagulada cedía paso a la vida. Se hacía la fatal y salvadora incisión. De subastarse, aquella pierna valdría millones. El LIBRO CHE EN LA REVOLUCION CUBANA “Al compañero Orlando, con afectos” , Fidel Castro. El libro llegó al hospital dos horas después de la recuperación. Aún Orlando estaba bajo los efectos de la anestesia luego de varios días en coma . Aquel hombre fuerte y preciso en las decisiones no entendía que sucedía , pedía que le subieran la pierna izquierda, el silencio era rotundo en el cuarto número 8 de la sala E del conocido hospital CIMEQ. Nadie se atrevía a dar detalles del nuevo obstáculo que le imponía la vida . Mercedes, la esposa, se va quedando sola y se decide a hablar: “Tenía que pasar por aquel momento duro , no sabía cómo reaccionaría , acudí a la fuerza de la confianza, del cariño, de los años de unión. Le pase la mano por el rostro. El sudaba, decidí entalcarlo, peinarlo, le unté perfume. Daba tiempo, no para él sino para mi misma, buscaba las palabras y no las encontraba”.“Jamás las hubiera encontrado, él me decía frases a medias, quienes lo conocieron saben que cuando actuaba así estaba por dentro que era un fuego, temí que se disgustara. El sabía que yo tenía algo en la garganta que no decía y que era importante”.“Sin saber cómo le digo. -Viejo no hubo opción, no busques más la pierna , hubo que amputarla. Nunca lo había visto llorar. Estaba indefenso, lo sentí niño, me apretaba tanto que nunca he podido desprenderme de esa sensación, me convertía de alguna manera en su lazarillo, lloramos juntos abrazados por más de media hora”.“No se cómo me desprendo, aprovecho y le doy el libro , cuando lee la dedicatoria vi que a sus ojos volvía el brillo de siempre, la mirada de cuando empató el pedraplén , de cuando terminaba un kilómetro de aquella carretera dentro del agua, de cuando nos enamoramos, volvió a ser un triunfador. Me dije -ya paso lo peor”. “Meditó más de dos horas sobre cómo seguir . Hojeaba el libro, en cada página las inmensas fotos del Che parecían reconfortarlo, yo callada lo observaba a su lado, cuando me sorprende y me dice - El Che fue un vencedor de dificultades con su asma a cuestas, aquí no ha pasado nada, no hay obstáculo. Una pierna más o menos no cuenta, en el pedraplén hay 599 piernas con las que se puede continuar la obra, pongan teléfonos aquí vamos a dar un Consejo de Dirección”.Orlando había decidido continuar haciendo caminos.
EL REENCUENTRO Llegó como llegan los triunfadores. Nadie ubicó a los hombres para saludarlo. Creo que ninguno quería ser el primero en hacerlo, pero espontáneamente fue creándose una hilera larga. Cada cual a su forma le daba un abrazo.De pronto alguien da una palmada, casi silenciosa. Le siguió otra. Se unieron tres, cuatro, cinco, muchas. Poco a poco se construía un aplauso. Ya no eran a intervalos. Se escuchaba una interminable ovación que no se recuerda cuánto duró .La imagen evocaba aquellas frases que enviara José Martí a Carmen Millares ante la emoción de ser recibido por la tropa de Antonio Maceo: “Que entusiasta revista la de los hombres a pie y a caballo ... Que llenos de triunfo y esperanzas... aquellos rostros resplandecientes con que me seguían de cuerpo en cuerpo”.Estaba de vuelta en su Campamento. Junto a los suyos; con los primeros hombres, con los que se unieron después , con los otros que confiaron en su ejemplo y lo siguieron más tarde cuando fue necesario ampliar la fuerza.Orlando, con la mirada nublada, iba diciéndole frases a cada uno. Preguntó a Yeras por la Brujita , a Alfonso por la mecánica, a Navarro por los explosivos , a Lena por la producción, por el sindicato a Chuchi, a Luis por la comida, a Carlos por la economía... incluso a mi por mi hija. Nadie quedó sin una frase de aliento; cuando era realmente él quien más la necesitaba.Después de diecinueve meses volvía y no había dejado de estar entre ellos un segundo. En el hospital instaló un puesto de mando. Mercedes se convirtió además en su secretaria. Roselio , el chofer casi en jefe de despacho. Recibía por teléfono un parte diario donde se le explicaba como iba la producción, el estado de la técnica, los planes, las actividades. Tomaba decisiones, daba indicaciones, proponía soluciones, alertaba desde lejos posibles problemas, felicitaba a quien lo merecía, llamaba a la reflexión. Llegó a dar cada quince días el Consejo de Dirección en el mismo cuarto donde se rehabilitaba . Todos llegaban a la hora exacta, él tenía el orden del día planificado, las cuestiones medulares detalladas, los acuerdos cumplidos o incumplido y los por qué de estos últimos, nuevas ideas también.Se preparaba como si estuviera con sus dos piernas en medio de la arena y el asfalto . Ni un solo compromiso establecido por el contingente se dejó de cumplir en esa etapa. “ Yo no soy nada, los verdaderos son estos hombres excepcionales, que no ganan dólares, ni grandes estimulaciones, pero que si estan íntimamente ligados con lo que hacen, con lo que construyen, saben hacia donde vamos, son de una estirpe nueva de esa de la que habla el Che”, decía cuando alguien pretendía ver la obra del contingente como fruto suyo.“El reencuentro ha sido simple, no había porque complicarlo. Sencillamente llegué ; tranquilo como siempre; porque yo nunca he sentido que me ido” afirmó y en sus ojos azules se reflejaba de nuevo el mar .
HEROE DEL TRABAJO El rostro era sereno, humilde, pero no podía desprenderse del orgullo de recibir el Titulo de “Héroe del Trabajo de la República de Cuba” aunque lo intentaba.Gustavo Pérez Bermúdez, secretario de la CTC en la provincia, en medio del Congreso del 2000 me había anticipado que Orlando recibiría la condecoración. Lo abrazo , lo felicito. Esa noche sería la entrega. Orlando me dice que no lo cree hasta que no tuviera esa estrella en la guayabera.Le respondo -Pues créalo porque esa estrella siempre ha estado aquí- y le toco el lado izquierdo del pecho.-He creído que ese es un título inaccesible. Está bien para los que hacen vacunas, para artistas y luchadores por la paz que son paradigmas de las generaciones no para un constructor de carreteras, sin grandes instrucciones, ni universidades”, me dice y sentí honestidad en sus palabras.Comprendí que su inteligencia siempre había estado destinada a ejecutar, que había puesto lo urgente por delante de los importante. Que se había dedicado a una obra mayor sin importarle su propio yo, que siempre tuvo algo que hacer antes que volverse ingeniero, aunque lo era empíricamente y por experiencia.Estábamos sentados en uno de los lobby del Palacio de Convenciones, de la capital cubana. Tomábamos café, comenzó a hablar, cualquiera que lo escuchaba creía que aquel hombre con muletas soñaba, pero yo que lo conocí bien sabía que pronto cada idea sería un hecho.Inundaba con su optimismo, “Quiero cumplir veinte años más en el ministerio de la construcción para tener sesenta haciendo obras, hacer los viales entre los cayos, empatar Cayo Santa María con Cayo Guillermo, hacer los movimientos de tierra de los hoteles de esa parte de Cuba, quiero trabajar en todos las nuevas inversiones de Caibarién”.Meses después Orlando había emprendido la mayoría de esos proyecto. No cabía dudas que era un ser humano especial de resistencia incalculable que se había oxigenado desde aquel día en que se le concedió el título, había hecho consigo mismo un doble compromiso.En medio de aquella conversación me dice : “ Este título no es únicamente mío, es de mis hombres, lo recibo yo simbólicamente, sé que en él está el esfuerzo de mi colectivo”.Supe entonces de su grandeza. Era alguien que se desprendía de todo el éxito. Volvía a recordarme a Martí “ toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz” o al poema de Antonio Machado : “Nunca perseguí la gloria , ni quedar en la memoria... caminante no hay camino se hace camino al andar” .Del momento de la condecoración reveló “ en ese instante temblaba, me emocioné, le dije a Machado Ventura : Dígale al Comandante que seguiremos haciendo lo que ordene, que allí está el contingente Campaña de Las Villas”. Pocas veces lo vi con la condecoración de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, casi siempre andaba vestido de constructor y con el pulóver que delataba la identidad de su contingente, pero siempre estuvo con la dulzura limpia en el rostro esa que eleva a los hombres y los pone allá donde están inaccesibles las estrellas que alumbran en silencio.
PUENTE DE ALCANTARA El Premio Internacional Puente de Alcántara, le fue concedido en el año 2001 al Pedraplén Caibarién - Cayo Santa María. El mismo es considerado como el galardón de mayor importancia en el ámbito de las obras públicas Iberoamericanas.Lo otorga la Fundación San Benito Alcántara. La notoriedad y la significación que ha adquirido el mismo se debe al extraordinario valor técnico, social y cultural de todas las obras que han sido acreedoras del galardón. El premio tiene el nombre del Puente Romano de Alcántara, el cual fue construido con una avanzada técnica para su tiempo y ha tenido una función económico-social importantísima a lo largo de los siglos. Se considera símbolo cultural y tecnológico de las obras públicas y paradigma de estas. El Puente de Alcántara, es testimonio del pasado, de la capacidad constructora e innovadora de los pueblos y de la cultura hispano-romana. Cualquiera de las obras que lo recibe está avalada por la conjunción de belleza, genialidad de estructura y diseño. En el dictamen de premiación como “Mención Iberioamericana” de la edición de este certamen en el 2001 al "Pedraplén Caibarién a Cayo Santa María" se explica que el mismo surge por la necesidad de poner en conexión lugares de gran valor turístico, de importancia económica y social para los cubanos. “Esta vía marítima está considerada como una de las más bellas del mundo: atraviesa por encima del mar y por las cayerías un entorno de gran diversidad de flora y de fauna, y acerca lugares y paisajes de una belleza excepcional y únicos. “El Pedraplén serpentea entre islotes, bordea manglares, y atraviesa zonas marítimas, y todo ello exigió la construcción de 48 puentes. Por la importancia social y cultural de esta obra para la región y para el país, por su funcionalidad, agradable presencia y armónica integración en el paisaje natural circundante, puede considerarse, como la obra de ingeniería actual más importante en Cuba”, precisa el jurado que otorgó la distinción. Este premio ha sido concedido entre otros al "Puente de Tampico" sobre el río Pánuco, de México, al "Puente de San Roque González de Santa Cruz", sobre el río Paraná, que une Argentina con Paraguay, a la "Torre de Comunicaciones de Collserola", en Barcelona. A la obra "Aprovechamientos Hidroeléctricos de Alto Lindoso y Touvedo", de Portugal, a la obra "C.N.-632 de Ribadesella a Luarca. Tramo Novellana-Cadavedo; Arco de la Regenta, Viaducto Pintor Fierros", en Asturias, a la obra "Museo Guggenheim Bilbao", en Bilbao. Al "Proyecto de Irrigación de Chavimochic", y a la "Ampliación de la red del Metro de Madrid".
EL PADRE “Nuestro padre fue un hombre de honor, estricto hasta la médula y cariñoso hasta el infinito. Eran cualidades que no se cómo podía conjugar” , dicen Orlandito y Migdalia mientras acarician una de las fotos donde está toda la familia.“Tenía poco tiempo para estar con nosotros , pero el que estaba era intenso, nunca demostraba apuro, nos acariciaba, nos mimaba, nos hablaba mucho, jugaba pelota conmigo. Eso creó en nosotros dos la admiración , ese respeto y ese cariño que después de su muerte ha crecido”, recuerda él quien hace un esfuerzo por esconder las lágrimas para dejar ver una expresión de orgullo.“Amó con fervor a nuestra a madre, Julia Sanderi, su primera esposa. Ella lo acompañó en la mayor parte de sus empresas incluso en el inicio del pedraplén. Los recordamos a los dos juntos con mucha ternura. Lo vi muy triste cuando ella muere; en ese momento creo que se refugió más que nunca en el trabajo, se consagró. Hemos llegado a pensar que dedicarse a sus labores fue lo que lo repuso de aquella pérdida”, aseguran con emoción . “Tenía una fuerza y una vitalidad increíble y lo que más me impresionó siempre de él fue su voluntad, su apego a la vida, su deseo de hacer y hacer , el no cansarse jamás”, dice Orlandito, más parco que ella pero con igual sentimiento .“Verlo llegar era una alegría inmensa, siempre traía el último cuento, el más ocurrente de los chistes, la más inesperada maldad, el más simple de los dulces para los nietos, le hablo de un sencillo turrón de maní” explica la muchacha.”Por eso creo que en cualquier momento voy a volver a sentir el pitio del carro y aquel - Mi niña, aquí estoy-, para darme el beso del día. Esa es una impresión que no se me borra de mi mente ni porque estoy cumpliendo misión en Venezuela. Se que estuviera orgulloso de mí, de lo que hago en este país. Sus foto junto a mi madre me acompaña en esta misión me dan fuerza, me ayudan en los días de nostalgias y recuerdos, me reconforta y siento que aún más debo hacer bien mi trabajo porque su ejemplo siempre va conmigo”, afirma la hija que siguió los caminos del internacionalismo que un día inauguró el padre. LA ULTIMA GAVIOTA Las gaviotas siempre le rondaron cerca. Cuando miraba el horizonte que él mismo conquistó las veía por miles, trataba de contarlas , pero se sumaban más y más por cada uno de los kilómetros del pedraplén. Ellas lo conocían. Alguien dijo alguna vez que le daban la bienvenida cada mañana y que lo despedían al atardecer cuando iba de regreso.Nunca aspiró atraparlas. Nunca tuvo esa idea, nunca quiso ni pensar en ello. Imaginarlo era como atrapar la ilusión y fue de los que pensaban que cuando una ilusión se atrapa se va como el ave en pleno vuelo.A veces detenía el carro en lo más alto de esa carretera y las veía posadas en los puentes. El espectáculo lo emocionaba. Se le sorprendió varias veces silbándoles melodías, decía que ellas lo escuchaban y que a su vez le contestaban con el rumor de una garganta que solo él podía oír.Las gaviotas le daban vuelta cuando lo veían y luego volvían a remontar vuelo cuando percibían que arrancaba el motor de su auto. Eso solo pasaba con él, era algo mágico.Le gustaba la libertad del pájaro, sentirlos cerca revoloteando. Por eso no podía entender lo que sucedió aquella mañana.Entre muchas que alzaron vuelo una quedó en la punta del puente de la Canal de los Barcos. Su vehículo se acercaba y ella a pesar de haberlo saludado ya, no se movía, estaba intacta como quien espera , como quien busca una oportunidad, como quien sabe que hay siempre una mano salvadora.Estaba a no más de diez metros, el carro iba a toda velocidad y la gaviota aún estaba allí tiesa, tranquila, esperándolo.Roselio, el chofer, aminora el paso. Muy despacio recorre un metro más , otro , otro, otro estaba a solo tres metros de ella y no emprendía vuelo.Orlando se desmonta, con sus muletas a cuestas se le acerca. Está a solo un metro, cree que ahora sí la gaviota emprenderá el vuelo. Nada sucede, le mira los ojos.La mirada de las gaviotas son tiernas, tienen la dulzura de las rosas, la añoranza del porvenir, las estrellas de los besos .Ella lo mira. Bastó para entenderla. La toma. La acaricia. La observa bien como cuando tenía entre sus manos a sus hijos recién nacidos. Algo le sucede en la garganta.Le abre el pico, en el había un caracol que le impedía la respiración y casi la dejaba sin vida. No lo piensa, se lo extrae. La gaviota lo vuelve a mirar esta vez agradecida. En ese imperceptible instante él no podía pensar, la gaviota ya emprendía vuelo, sin esperar que él se recuperase de la sorpresa.Pero le dio tiempo para ver cómo la gaviota no se fue en picada, cómo buscó fuerzas para planear en medio del vuelo inesperado. Creyó que se iba a caer, pero la vio levantarse, resistía. No cayó. Volaba. Orlando que había atrapado el horizonte ya vivía en una de sus gaviotas.
EPILOGO El 11 de enero de 2006 fallece . Conmovía la noticia. Al morir era miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular.Su muerte se convirtió en solo una tregua fecunda para volver a la carga y llegar hasta la última gaviota. Sus hombres siguen soñando con alcanzar una sola, esa que está más allá de ese horizonte que conquistaron. En honor al jefe están de nuevo al borde del camino, sueñan con acariciar nuevas gaviotas y volverlas a soltarlas para ir en busca de otras que vuelan en pos de sueños nuevos. OPINIONES “ Orlando fue una leyenda viva”. Alcides Arteaga , delegado MICONS Villa Clara – durante casi tres décadas “Orlando fue un padre, me hizo un hombre de entrañas”. Ángel Yeras, constructor, Jefe Brigada #3 Contingente Campaña de Las Villas . Diputado Asamblea Nacional. 1993-2002 “Orlando fue Héroe del Trabajo de la República de Cuba antes de tener la condecoración, porque él fue el trabajo en persona”. Gustavo Pérez Bermúdez, secretario CTC Villa Clara “Fue preocupado y colaboró en extremo por la preservación del medio ambiente”. Alfredo Carratalá . Especialista de Medio Ambiente en la provincia de Villa Clara “ Orlando fue un constructor incondicional, con convicciones, siempre estaba convencido de cómo actuaba”. Pedro Milián Delegado MICONS Villa Clara“ Orlando es para mi un paradigma de hombre luchador, mi amigo, y sobre todo digo, mi padre”. Lázaro Expósito Secretario PCC Provincia Granma “De Orlando siempre me sorprendió su espíritus de lucha, su optimismo. Nos impresionaba su confianza en la vida. Sentí admiración por su voluntad, era un hombre pleno que ponía su esfuerzo a favor de las tareas de la revolución”. José Ramón Machado Ventura. Miembro Buró Político “Tenía la cualidad de ser cariñoso hasta el infinito y estricto hasta la médula, pero con nosotros lo era mucho más”. Sus hijos “ Fue un hombre tierno que no se dejaba vencer”. Su esposa
INDICE MAS ALLA DEL HORIZONTE.......................... ..........................................................................................3 LOS SUEÑOS DE ORLANDO.....................................................................................................................5 EL IMPULSO DE PINARES.........................................................................................................................6 LIBIA.............................................................................................................................................................8 LA CARRETERA SANTO DOMINGO - CORRALILLO.............................................................................11 EL PEDRAPLEN.......................................................................................................................................13 LA PRIMERA PIEDRA...............................................................................................................................16 NAVARRO, EL PEDRERO........................................................................................................................18 LA CUEVA DEL INDIO..............................................................................................................................20 LOS HOMBRES DE CAYO LAS BRUJAS................................................................................................22 EL NACIMIENTO DE LA BRUJITA...........................................................................................................24 LA INTELIGENCIA COLECTIVA...............................................................................................................26 EL EMPATE...............................................................................................................................................28 DIAS DE GLORIA......................................................................................................................................30 LA AMPUTACION......................................................................................................................................32 El LIBRO CHE EN LA REVOLUCION CUBANA......................................................................................33 EL REENCUENTRO...................................................................................................................................35 HEROE DEL TRABAJO.............................................................................................................................37 PUENTE DE ALCANTARA........................................................................................................................39 EL PADRE..................................................................................................................................................41 LA ULTIMA GAVIOTA...............................................................................................................................42 EPILOGO....................................................................................................................................................44 ANEXOS
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