Martí ilumina la Plaza de los trabajadores
Artistas plásticos villaclareños se inspiraron en la obra martiana y dibujaron al Héroe Nacional durante el desfile.
Por Lourdes Rey Veitia
Inmutables, nada los desconcentraba de sus trazos en medio de la algarabía, el bullicio y los cantos de los que marchaban por la Plaza. Incluso, ni la majestuosidad de la estatua del Che los distrajo.
Silenciosos, con pincel en mano, artistas plásticos del territorio dejaban la figura del Héroe Nacional en sus lienzos.
“Hay razones: el 160 aniversario de su natalicio, el 60 de la generación que se levantó en armas en el año de su centenario, además la visión martiana de los acontecimientos de Chicago”, afirmó Adela Suárez, una de las artistas, mientras ubicaba detalles en la obra que concluía al terminar el desfile.
Otro de los artistas habló del Martí que lo inspiró; “ese reportero audaz que expuso su opinión sobre aquellos hombres que fueron ejecutados por el delito de defender a los trabajadores y quien vio en el acontecimiento de Chicago las raíces de una fecha que trascendió para siempre en la historia del mundo”.
En estos cuadros está el Martí, entonces corresponsal en Chicago del periódico La Nación de Buenos Aires, Argentina, que escribió sobre los que fueron asesinados, acontecimiento por el que se instituyó este día universal: “…salen de sus celdas. Se dan la mano, sonríen. Les leen la sentencia, les sujetan las manos por la espalda con esposas, les ciñen los brazos al cuerpo con una faja de cuero y les ponen una mortaja blanca como la túnica de los catecúmenos cristianos. Abajo está la concurrencia, sentada en hilera de sillas delante del cadalso como en un teatro… Firmeza en el rostro de Fischer, plegaria en el de Spies, orgullo en el del Parsons, Engel hace un chiste a propósito de su capucha, Spies grita: “la voz que vais a sofocar será más poderosa en el futuro que cuantas palabras pudiera yo decir ahora». Les bajan las capuchas, luego una seña, un ruido, la trampa cede, los cuatro cuerpos caen y se balancean en una danza espantable…”
También está el Martí contemporáneo que es Cuba, o el que se encubre en el rostro dulce de una cubana. Es Martí el Chávez que también se dibujó, a quien se le recordó con fervor y amor inmenso como hijo de Nuestra América.
En cada cuadro quedó Martí, con su concepto amplio de lo que constituye un trabajador, como el hombre que supo apoyarse en los tabaqueros de Tampa y Cayo Hueso para gestar la Guerra Necesaria.
En los trazos, en los matices, en los colores escogidos y en la expresión, unas veces sorprendida por la magnitud del desfile, otras por la certeza de que el futuro será mejor, vuelve el mayor de los cubanos a nosotros, para ser savia y sostén del quehacer diario.