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Crecer con la Memoria

La universidad del Che

Por Lourdes Rey Veitia

 

En 10 ocasiones la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas ha sido considerada  entre los centros de altos estudios  más destacados del país en la emulación por el día de la Rebeldía Nacional

 

Quienes allí nos formamos tenemos una deuda, que la universidad  se encarga de hacerla eterna, porque tiene la inmensa cualidad de seguir dándonos. Llegué sin saber que me enamoraría de sus misterios. Primero fue de su paisaje, luego de lo que en sus aulas encontré, y que veinte años después sigue sorprendiéndome.

Es la universidad de aquel que ha probado la extraña idea de que  en el  universo existen puntos oscuros infinitos y que esos “huecos” marcarán la vida futura del planeta. La de Nilo Castañedo, el químico que creó un medicamento humano con función antibiótica que actúa contra bacterias y hongos. La de los que cercenan un tallo de plátano, lo convierten en  millones de minúsculas porciones que luego son vitroplantas, para más tarde producir miles de racimos del producto  e intentan también aplicar la misma tecnología a otras variedades, incluso la papa.

Es la de los que saben cómo podemos ahorrar de las más increíbles formas, de los que se empeñan en crear materiales de la construcción económicos imprescindibles para nuestras urgencias  en este campo, o de  quienes -aparentemente complicados por su filosofía-, creen,  con la mano en el corazón y los pies sobre la tierra, que Cuba es el mejor proyecto social del mundo, pero que debemos transformarlo revolucionariamente para seguir desarrollándonos.

Es la universidad de los que no están; como Ramona - bedel que la fundó y que se enorgullecía de haberle dado el primer brillo a sus interminables pasillos-  la de Enrique Coromina y  Víctor Figueroa, extraordinarios economistas o Domingo Rodríguez el acucioso historiador.

Ella ha hecho de sus alumnos sus maestros en cada municipio, y a los nuevos graduados les llena sus mochilas de sueños y esperanzas.  Fue la universidad de Feijoo, Gaspar Jorge García Galló, pero también la universidad del Che.

 La leyenda del Che

Con la toma de la batalla de Santa Clara comenzó la leyenda. Al frente de la columna 8, el Che llegó hasta la institución docente por un camino vecinal que colinda con ella, inmediatamente estableció su comandancia  en uno de sus  más viejos edificios. Ese fue el primer encuentro, luego vendrían otros.

El doctor Juan López Palacios, es un profesor conocido, diría que casi un consejero en cuestiones pedagógicas e investigativas,  y  uno de los testigo  del  momento en que las ideas guevarianas cambiaron el rumbo de la educación superior en la Isla.

“Ese día - 28 de diciembre  de 1959- se le entregaría el título de doctor Honoris y Causa, en Pedagogía, al Guerrillero Heroico. Todo era muy protocolar. Hasta que el Che llegó con su boina y el traje verde olivo. Luego estremeció el recinto con sus ideas. Con la sobriedad de los grandes dijo que  recibiría ese título en nombre del ejército que  representaba y del pueblo por el que había luchado, porque su persona  no lo merecía, que el solo poseía la pedagogía de la lucha.

“Fue entonces cuando expresó: “La universidad debe pintarse de negro, de mulato, de campesino, de hombre simple, tiene que pintarse de todas las etnias”. Esa idea -expresada a  penas un año del  triunfo de la Revolución - dejó una huella trascendente para la educación superior cubana y marcó el desarrollo de esta enseñanza, que  ha cumplido  con creces ese precepto”, concluyó.

La Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas  ha graduado más de 44 mil 299 alumnos  en sus 52 graduaciones desde su fundación en noviembre de 1952, además de  maester y doctores. Este curso deben incluirse a esa nómina  más de 1800  profesionales. Posee proyectos de colaboración e intercambio con las más prestigiosas universidades del mundo. Es la más multidisciplinaria de todas las cubanas, con 32 carreras en diversas las ramas del saber.

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