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Crecer con la Memoria

No es el Tetuán

 Por Lourdes Rey Veitia

 

Recientemente un vecino se quejaba del mal estado del boniato, “está picado así no se puede comer”, alegaba. Pocos días después conversé con Alexis, un joven campesino, que con reservas me dijo “estoy preocupado  creo que son las babosas, pudiera ser el gorgojo antillano o el Tetuán. Algo está pasando, tendré que dejar de sembrar  boniato porque la cuenta no da, ha bajado el precio del quintal”.

Como eran comentarios cercanos a un mismo asunto, aunque con distintos matices, contacté con los profesionales del Instituto Nacional de Investigaciones de Viandas Tropicales (INIVIT), específicamente con la especialista  María del Carmen Castellón, quien desde hace varias décadas se dedica al estudio de las plagas.

Las apariencias engañan… 

Esa fue la primera frase que expresó María del Carmen cuando inicié la conversación y aclaró categórica “no es el Tetuán”. Con ello hacía cierto el refrán, pues lo que parece ser causado por una de las  más dañinas plagas del boniato lo provoca otra -que lo afecta superficialmente casi semejante a la anterior- pero que no impide ser utilizado comercialmente puesto que no cambia ni el sabor ni el olor ni sus propiedades nutritivas.

La afectación se debe, según los investigadores del INIVIT, al Typophorus nigritus, (negrito brillante) el cual en algunas áreas ya reviste mucha más importancia que el Tetuán. Al respecto María del Carmen detalla: “El Tetuán fue hasta el año 2007 la única plaga de importancia económica para el cultivo del boniato en la Isla, pero también hemos reconocido esta”.

El negro brillante, como lo nombran vulgarmente nuestros campesinos, fue reportado en nuestro país en 1979, únicamente como plaga del follaje, pero no fue hasta el período 2002-2003, que  comienzan a observarse afectaciones de consideración en las cosechas, confundiéndose estas con las que provocan las babosas. Un diagnóstico realizado entre los años 2006 y 2007 por investigadores del Grupo Nacional de Viandas pertenecientes al INIVIT, reflejó que 110 de los 159  municipios que siembran el cultivo, muestran afectaciones en sus raíces tuberosas.

El “negrito” presenta una alta longevidad, sus larvas son resistentes a la falta de humedad y alimentación. La hembra coloca más de 700 huevos en toda su vida. Se desarrolla en las dos épocas del año fundamentalmente en el verano y en todo tipo de suelo.

El Dr. Sergio Rodríguez Morales, director de la institución científica, es del criterio de que esta plaga está sufriendo una adaptación debido a -entre otras cuestiones- los cambios climáticos y el calentamiento global.

“Es una plaga rústica que resurge. Estuvo afectando durante años el follaje solamente. Ahora va al tubérculo, come y vuelve a la tierra. En el invierno no es agresiva, en el verano, -con el aumento de las temperaturas- hace los mayores estragos,  nos inclinamos a pensar que las adversidades de los últimos años han favorecido su adaptación y reproducción. Por eso es importante alertar ahora que viene la primavera, teniendo en cuenta que a nivel experimental hemos determinado una alta persistencia que supera el año”, precisa.

Daño y control

Desde el mismo momento en que se reportó la primera aparición   en 1979 se comenzó a investigar la plaga en el INIVIT. Desde hace dos años los investigadores han alertado sobre la posibilidad de una explosión de ella, solo que ha existido desconocimiento y confusiones entre los productores sobre el insecto, que es el agente causal.

El daño que ocasiona la larva es superficial, abriendo galerías y orificios por toda la corteza, los que pueden profundizar hasta dos centímetros, restándole calidad al producto cosechado, sin embargo si eliminamos esta parte de la corteza, apreciamos que el interior de la raíz tuberosa (la masa) se encuentra apta para el consumo. Esto constituye la principal diferencia con las afectaciones que ocasiona el Tetuán, cuyas larvas abren galerías en el interior del “boniato” y por tanto no lo podemos consumir por el sabor tan desagradable que este adquiere.

Por los estudios anteriores -que tienen décadas- es que los especialistas han podido diseñar de manera eficaz medidas de control para atenuarla actualmente.

Al respecto la investigadora  María del Carmen Castellón señala "tenemos una parte del camino adelantado porque hemos  estudiado sus hábitos de vida. Eso nos indica que la plaga necesita un constante y esmerado control, dirigido a descartar los adultos que se alimentan del follaje y a las larvas que permanecen entre 56 y 72 días en el suelo, en dependencia de la época del año, entonces si el boniato que es un cultivo de ciclo corto casi  en la mitad del mismo puede presentarse y eso es muy preocupante”.

“Para evitar los daños es imprescindible eliminar los restos de cosecha, aplicar nemátodos y hongos entomopatógenos que existen en el país sin dificultad, eso ayuda a disminuir las poblaciones, pero la medida más importante en el manejo del insecto es invertir el prisma del terreno (remover la tierra con profundidad) una vez realizada la cosecha, para exponer los huevos, larvas y pupas a las radiaciones ultravioletas”.

La especialista comenta que no descarta el uso de productos químicos, en particular el Carbaryl que se determinó ser muy eficaz, pero explica que ante la escasez de pesticidas son imprescindibles las prácticas culturales. Entre ellas menciona no sembrar campos colindantes porque el insecto vuela y puede infestar los cercanos; y aclara, “aun no hemos podido determinar su capacidad de traslación, es por ello que recomendamos la rotación de cultivos y evitar sembrar boniato sobre boniato. Además es vital seleccionar bien la semilla, está demostrado que el clon INIVIT B98-3 es uno de los más tolerantes”, advierte.

El dr. Rodríguez Morales anuncia también que el INIVIT busca otras alternativas. “Concretamente estamos estudiando 101 nuevas variedades de boniato tratando de hallar algunas con alta resistencia al insecto. Lo más importante ahora es controlar la plaga para respetar la calidad del producto y que los campesinos sigan  cultivando el boniato que es una vianda popular”.

Optimista, el  científico quien es miembro del Consejo de Estado de Cuba, dijo “el INIVIT logró el control del Tetuán, es lógico entonces  dominar esta plaga”.

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