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Crecer con la Memoria

Necesario recuperar la producción de vitroplantas

  Por Lourdes Rey Veitia

La biotecnología de las plantas como método que permite la reproducción acelerada de especies de plantas durante todo el año, sin efecto directo de los factores del clima externo, así como de las mejores variedades o clones libres de enfermedades, a pesar de que está demostrado que sus potencialidades son extraordinarias, no está siendo suficientemente empleada en la agricultura cubana. El proceso, que de forma general se le conoce como micropropagación e incluye varias técnicas donde, bajo condiciones artificiales controladas un explante (algún segmento de tejido u órgano de la planta), se cultiva asépticamente (libre de microorganismos contaminantes) en un medio de cultivo de composición nutricional muy bien definida en correspondencia con la especie de planta a propagar tuvo auge durante la década de los 90 en la Isla. El doctor Pedro Orellana, profesor titular del la Universidad Central de Las Villas, (UCLV) uno de los fundadores del Instituto de Biotecnología de las Plantas IBP) donde se iniciaron las primeras investigaciones en esta rama considera que ”la recuperación de las biofábricas es importante porque se pueden sustituir rápidamente variedades comerciales que presentan defectos por ser afectadas por plagas o enfermedades, bajo rendimiento , etc., también reduce los costos de transportación de las semillas, elimina los riesgos de diseminación de plagas y enfermedades entre municipios, regiones, provincias incluso países”, detalla el científico. Esta tecnología surge en el mundo en la década del 70, en Cuba se comienza con la introducción y adecuación de algunos protocolos y la aplicación práctica con resultados relevantes. El IBP diseñó, puso en marcha y dio asesoramiento técnico a la red de 16 biofábricas que nacieron en aquel momento con una capacidad productiva de más de 50 millones de vitroplantas/año. Desde el surgimiento de esas instituciones se han obtenido más de 200 millones de vitroplantas, siendo la especie Musa spp. (plátanos y bananos) la de mayor volumen con alrededor del 80 %, seguido por caña de azúcar, papa, piña, varias especies ornamentales y malanga como las principales. “Se trabajó inicialmente con el cultivo de la caña de azúcar, se continuó con distintos plátanos y se introdujo el cultivo de la papa, este último con la finalidad de reducir las importaciones de semilla de este importante tubérculo”, precisó el académico. Desde su creación el IBP tuvo como objetivo la producción de papa por la vía biotecnológica, con el propósito de reducir las importaciones de la semilla desde países de Europa y realizar investigaciones en el campo de la biotecnología vegetal aplicada en otras especies de importancia agrícola para el país. En 1992, se producen más de 200 mil vitroplantas de papa de diferentes variedades e inicia un amplio programa de investigaciones en diversos cultivos, con la finalidad de su propagación y en algunos casos para mejoramiento genético. “Se logró, mediante la producción de vitroplantas, crear la base del esquema de producción de semilla de papa que garantizara el autoabastecimiento que requería el país, sin embargo, se decidió no continuar con este programa en el año 2001. A partir del 2008 se decide retomar de nuevo esta posibilidad para realizar el escalado de esa producción en la provincia de Villa Clara, lo cual representa alrededor del 20 % de la nacional, incluye además un análisis de costos y calidad en comparación con la semilla importada, este trabajo se realiza de conjunto con la Empresa de Cultivos Varios “Valle del Yabú”, puntualiza el doctor Daniel Agramonte, director del IBP. Esta institución logró la multiplicación acelerada de varios clones híbridos de plátanos resistentes a la principal enfermedad del cultivo: Sigatoka negra. Ello permitió en período de 4 años sustituir las variedades susceptibles a la enfermedad en todo el país para un área de más de 12 mil hectáreas. Además la creación y desarrollo de todo el esquema de producción de semilla original y básica utilizando vitroplantas en papa y caña de azúcar. “En la actualidad el IBP desarrolla investigaciones básicas y aplicadas con la finalidad de poner a punto nuevas tecnologías de mayor eficiencia y productividad y con una sustancial reducción en los costos de producción en la micropropagación de plantas. Se estudia la posibilidad de aplicar estas técnicas en otras especies como eucalipto, café, malanga”, adelantó Agramonte. Biofábricas en extinción Las biofábricas sufrieron los efectos del periodo especial, hasta incluso la paralización de algunas de ellas. En el 2009 la producción total de vitroplantas en la red nacional fue muy reducida, no superó los cinco millones. En ese deterioro influyó la falta de mantenimiento de la infraestructura, envejecimiento de los equipos técnicos y tecnológicos, imposibilidad de obtener financiamiento en divisas para adquirir insumos tales como reactivos y frascos para cultivo, inestabilidad en la fuerza laboral especializada que emigró hacia otros sectores con mejor remuneración salarial. También decreció la demanda de la agricultura al reducirse los planes de siembra, hubo dificultades con el combustible para transportar las vitroplantas lo que provocó que en ocasiones plantas listas para siembra se deteriorasen o desechen por no extraerse de las biofábricas, No obstante el país cuenta con vasta experiencia para rehabilitar las biofábricas y recuperar la producción de vitroplantas. En la actualidad el MINAGRI está reorganizando a través de la empresa de semillas, la producción de forma biotecnológica de aquellas especies que pueden dar solución regionalmente al actual programa de rehabilitación de cultivos en los cuales esta tecnología puede emplearse y como apoyo fundamental en los esquemas de producción del programa alimentario. Ello implicará priorizar la reparación o modernización de las biofábricas que estratégicamente puedan cubrir la actual demanda de vitroplantas y gradualmente ir recuperando las demás en un mediano o largo plazo, en tal sentido especialistas del IBP vienen trabajando en proyectos de remodelación de algunas biofábricas, entre los que se encuentran la de la provincia Villa Clara, Granma, y provincia Habana.

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