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Crecer con la Memoria

Emociones de una jornada de Congreso

Emociones de una jornada de Congreso

 Por Lourdes Rey Veitia

 

Ver a  Fidel fue lo más emocionante, siempre lo sabemos entre nosotros, pero tenerlo allí, hace a este VI Congreso aun más trascendente. Aplaudía con el corazón, reía y se le vio pensativo incluso. Estaba feliz, se  le sentía confiado en la obra que inició y que nos ha legado a los más jóvenes

El himno nacional cantado a coro y con fervor marcó la mañana de patriotismo.

Luego la misiva de Chávez, esa que reconforta y que lleva  en  si a toda la América Nuestra que soñaron Bolívar y Martí, nos alienta  en saber que en esta lucha estamos acompañados de los pueblos de Latinoamérica. 

Saber  también que el voto  a miembros del Comité Central y miembros del Buró Político fue  compacto,  integrador,  demuestra la unidad conquistad por los años de Revolución.

Sentir los aplausos del plenario  cada vez que se mencionó a un de nuestros dirigentes, combatientes y luchadores de siempre  era  saber que la continuidad  está asegurada y e que agradecimiento  eternamente el haber hecho de este pueblo una nación libre independiente y de que la revolución es invencible.

 Recordar los enardecidos versos de Naborí y ver a Nemesia  es símbolo de la Patria que creció y crece.

 Escuchar a Raúl indicándonos el camino futuro es saber que hay confianza en que podemos avanzar con el concurso, la responsabilidad y el trabajo de todos  y luego  las notas de la Internacional nos indican que este pueblo es y seguirá apostando por el Socialismo.

 

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