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Crecer con la Memoria

Ramón Barreras Ferrán: la constancia de un profesional

Ramón Barreras Ferrán: la constancia de un profesional

 Al colega Ramón Barreras Ferrán se le entregó el Premio por la Obra de la Vida, de la provincia de Cienfuegos, en el marco de las actividades por el Día de la Prensa Cubana en ese territorio.

Por Lourdes Rey Veitia

Ramón Barreras Ferrán ha transitado el camino de la constancia .La perseverancia es su virtud mayor, aunque la delicadeza del trato y la objetividad de sus análisis compiten casi a la par. Los que lo conocemos sabemos que nada ha sido fácil para él, en esta profesión que es ser “can cuidador de la Patria“. Fue uno de aquellos jóvenes que un día decidió ser maestro porque, “era honrado cumplir con el llamado”, así en 1979 se graduó como profesor de Educación General en el Instituto Superior Pedagógico Félix Varela, de Villa Clara. Antes a Barrera se le veía rondando el periódico Vanguardia, donde su padre era un reconocido profesional del fotograbado -antigua técnica de impresión de fotos-, hasta que se convierte en redactor en esa provincia de la Revista Juventud Técnica, más tarde del Semanario En Guardia, órgano del Ejército Central, más tarde periodista y Jefe de Información del Periódico Escambray, Sancti Spíritus. Después llega a Cienfuegos donde fue corresponsal del periódico Granma y lo es actualmente del semanario Trabajadores. De verbo claro, sin distinción por los géneros, pero siempre agudo en el comentario, Barreras dejó su sensibilidad ante la mirada agradecida de una madre hondureña cuando dio cobertura a la segunda Brigada Médica Cubana que llegó a ese país después del paso del huracán Mitch, experiencia de la cual salió el libro Verdades sin puerto, (Editorial cubana MECENAS), es preciso en las más ágiles coberturas donde se necesita de oficio y maña, da lecciones en cada trabajo que redactamos en equipo. Para él escribir significa pasión y esa huella la deja en cada línea. Podría nombrar sus múltiples premios, pero son innecesarios ante este, que no se le entrega por sus canas, porque ellas lo acompañan desde joven a lo Hemingway. Este estímulo es para “El Barre”, y yo lo se bien, el mayor elogio, recomponedor para nuevas metas, por ser resumidor de esfuerzos, constancias y entregas que solo se logra cuando se defiende un proyecto que busca como el Quijote las verdades, y que Barreras las narra con los dedos muy bien puestos sobre las teclas y el corazón dictando sabias ideas. .

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