UNA AUTENTICA MANERA DE LUCHAR
Ramón Torna Carrillo, patrón de las embarcaciones pesqueras cubanas Plataforma I y IV pertenecientes a la cooperativa de Caibarién, que fueron atacadas por lanchas piratas hace más de tres décadas, recuerda aquellos instantes, pero en su voz es apreciable el rencor que siente por los tristes momentos que vivió . El mar sabe la historia, fue testigo de lo sucedido a estos hombres en aquel vil ataque. A ambas embarcaciones las hundieron terroristas pertenecientes a la organización “Alpha 66”. Los once pescadores que en ellas laboraban quedaron secuestrados, durante 15 días, en un islote de las Bahamas y posteriormente abandonados. Ellos, como de costumbre, salieron hacia el mar en busca del sostén para sus familias y para su pueblo. Torna Carrillo, narra los sucesos y parece volver a vivirlos. “Salimos de Caibarién el día 4 de mayo en las embarcaciones, íbamos a pescar biajaibas. A la una de la tarde se nos acercaron dos lanchas y nos obligaron a fondear en otro lugar, dijeron que nos hundirían el barco y nos pasaron a todos a Plataforma IV”.“Con dos paquetes de dinamitas incendian Plataforma I. A lo lejos vimos como volaba el barco, a todos se nos aguaban los ojos. Después durante horas nos obligaron a navegar hacia rumbos distintos, a enmascarar el barco que nos quedaba como un langostero de Miami. Los piratas tenían granadas en la mano por si alguien venía a rescatarnos, ellos sabían que los cubanos no abandonan a sus hermanos”, asegura este hombre curtido por el mar. “Al otro día nos montaron en unos botes y colocaron cargas de dinamitas en la Unidad IV. La volaron. Estábamos en Cayo William, nos custodiaban 15 hombres bien armados. El jefe era Nazario Sargén”, evoca con desprecio el viejo pescador.El 20 de mayo la Cruz Roja les encuentra y envía en un paracaídas un cartel que decía ‘no se muevan del lugar; están rescatados ‘. También de la misma forma les hacen llegar comida y agua. Luego fueron trasladados a la Isla Andros, de ahí a Nassao donde los esperaba el avión de cubana.“Cuando el capitán de la nave de Cubana de Aviación, que nos esperó en Nassao nos dijo ¡Ya están en la Patria, hermanos! Sentimos mucho aliento. Habíamos vivido una pesadilla. Después vino el abrazo de nuestro Comandante en Jefe, la bandera ondeando entre nosotros once como héroes y el pueblo apoyándonos”.“Mientras esto sucedía; en Cuba el pueblo protestaba. De no haber sido por las jornadas de denuncias no habríamos sido devueltos, por eso hoy alzo mi voz para protestar y exigir que mantengan preso al verdugo de Posada Carriles, esta es nuestra manera más autentica de protestar y pedir JUSTICIA”.
0 comentarios