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Crecer con la Memoria

Los Mogotes de Jumagua: tesoro natural

 

Estos mogotes poseen  gran interés científico debido a la concentración de flora y fauna en ellos.

 Por Lourdes Rey Veitia

Cerca de la ciudad  de Sagua la Grande, en el centro de Cuba, un punto verde dibuja la geografía del lugar. Un macizo montañoso sui géneris que de forma alineada emergen sobre el llano se distingue en  medio del grupo orográfico “Alturas del Noroeste”.

Ellos, Los mogotes de Jumagua, considerados el segundo complejo de este tipo en importancia del país, después de los conocidos de Viñales, en Pinar del Río, son un tesoro natural y  fueron declarados área protegida en 1982. 

Lo conforman  un conjunto de 8  elevaciones calizas del Cretáceo Superior fusionadas entre sí y atravesados por enormes cavernas, ubicadas caprichosamente en medio de un valle y a su alrededor la  pequeña comunidad del mismo nombre.

Estos mogotes poseen  gran interés científico debido a la concentración de flora y fauna en un área relativamente reducida, constituyendo, según los investigadores  una especie de islote ecológico o vestigio del antiguo bosque primitivo

En sus cavernas,  ocho en total, se han encontrado vestigios del indio cubano, así como fósiles de mucho interés.  Se supone que fueron  asentamientos aborígenes, pertenecientes a la cultura pre- agroalfarera según las investigaciones del grupo arqueológico de  Sagua la Grande. Sabaneque,  entre los años 70 y 85  del  pasado siglo XX .Se sabe también que  estas cuevas sirvieron de campamento mambí durante  la guerra de independencia de 1895  en particular se dice que acogieron a   los soldados  de la Brigada del General sagüero José Luis Robau. Igualmente se  conocen relatos relacionados con corsarios y piratas, los que  utilizaban como refugio a los Mogotes.
Son unas 376 hectáreas de extensión  las elevaciones alcanzan aproximadamente  entre 60 y 80 metros de altura sobre el nivel del mar, la vegetación es exuberante se han reconocido más de 420 especies  de plantas, 48 endémicas de nuestro archipiélago. Las de mayores valores son la Trinaxe Ekmaniana o más conocida como “palmita de Jumagua” y el “roble enano” o Tabebnia Saxicola, que sólo habitan en los farallones de la ladera norte de algunos de los mogotes. Ocho  cuevas con más de 600 metros de longitud. A  una de estas se  le denomina Mural de megalognius, por los restos encontrados allí de este mamífero extinto de la fauna cubana.
Su fauna también es muy valiosa. En el lugar habitan una gama  aproximada a 100 especies de  aves,  algunas  endémicas, como el periquito catey,  la cartacuba, el carpintero verde y el tocororo, nuestra ave nacional. Además existen  innumerables  tipos de reptiles, moluscos terrestres, murciélagos, así como anfibios, entre otros.
En este paraje se ha logrado desarrollar la educación ambiental,  como  elemento para  fomentar los valores relacionados con la protección sostenible de su biodiversidad. Ha sido sede  para seminarios nacionales de escuelas asociadas a la UNESCO en Cuba, por su parte los centros docentes enclavados en los alrededores lo han tomado como escenario para impartir diferentes conocimientos a los alumnos y fomentar el pensamiento acerca de por qué hay que conservar esta reserva ecológica.


 

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